Por Yuniesky LaRosa Pérez
El talento en el béisbol en Cuba brota como cualquier planta endémica de nuestra rica y diversa flora o como un manantial de agua fresca, del sitio menos insospechado surge un joven atleta con condiciones ideales para triunfar en esta disciplina.
A partir del 25 de este mes se reunirá en Santiago de Cuba la preselección nacional de béisbol de la categoría sub 18 para iniciar la preparación rumbo al mundial de la categoría. Uno de ellos es pinero, se trata de Lázaro Guerrero Leguén, lanzador derecho que prefiere salir a pichar cuando el box está en ebullición.
Su primera victoria de este año fue precisamente así, se encaramó en el montículo con la “caliente” de verdad, bases llenas sin out contra el equipo de La Habana y metió el brazo logrando scone de ponches para disipar las intenciones del adversario, mejor imposible, justo lo que sueñan todos los píchers cuando se enfrentan a una situación como esa. Sin embargo, semejante hazaña ya la había conseguido una vez en la categoría 11-12 años.
A pocos días de partir hacia la Ciudad Héroe para concentrarse y buscar un puesto en la nómina final, Lázaro permanece en el feudo de los Piratas, el Cristóbal Labra, entrenando cada mañana. Allí entre ejercicio y ejercicio, recordó que comenzó en la pelota a los siete años en el Beisbolito bajo la supervición de Juanny, Leo y Labrada
“El béisbol es el deporte que más me apasiona –aseguró– lo escogí porque me gusta y siempre he recibido el apoyo de mi familia para continuar practicándolo.
“Desde pequeño siempre preferí lanzar, me he inspirado en figuras como Wílber Pérez y Fredy Asiel Álvarez de Villa Clara, y aunque en su mayoría muchos quieren ser abridores a mí gusta más cerrar los juegos para ayudar a los que inician pichando”.
El prometedor monticulista afirma que el control es mi principal arma, no obstante posee una buena recta que oscila entre las 87 y 89 millas por hora, e incluso, ha llegado hasta las 90, además de un interesante repertorio que incluye lanzamientos en recta, tenedor, cambio, curva y slider.
«Formar parte de la preselección del equipo Cuba es muy especial –continuó– me he esforzado mucho para llegar ahí y se debe al esfuerzo en los entrenamientos y al apoyo y enseñanzas de todos mis profesores tanto del sub 18 como los del equipo de la Serie Nacional.
“Veo muy bien al grupo, conozco a varios de los que estarán conmigo, mientras aquí he entrenado fuerte para obtener buenos resultados en la concentración. He hecho hincapié en la resistencia, el trabajo de bullpen, el control”.
No es la primera vez que el benjamín de Pueblo Nuevo está presente en una convocatoria de este tipo, con anterioridad también integró la pre en el 11-12.
Con muchos sueños y metas en el camino, Lázaro continúa dando pasos rumbo al estrellato. “De mí se puede esperar lo mejor, solo cosas buenas, voy a dar mi máximo esfuerzo, apoyar a todos mis compañeros y entregarme en el terreno para un día llegar tan lejos como mis ídolos.”