POR JORGE EBRO
El primer triunfo vino con un ala rota. La representación cubana superó de manera convincente 6-4 a Caribes de Anzoátegui en el inicio de la Serie del Caribe 2018, pero contempló la salida por lesión de su mejor bateador, Alfredo Despaigne, quien se encuentra día a día y podría ser baja el resto del torneo.
Campeón de jonrones en Japón, habrá que seguir la evolución de Despaigne tras sufrir molestias en una pantorrilla que le obligaron a abandonar el choque en la tercera entrada, demostrando que ya no está para los trotes en los jardines.
Habría que esperar, además, la reacción de los Halcones japoneses, que han hecho una fuerte inversión en Despaigne, quien de hecho se estará perdiendo parte de los entrenamientos primaverales en la nación asiática.
«En los playoffs en Cuba sufrí una distensión muscular y ahora me molestó más, por eso decidí no jugar ahora para darme tratamiento y poder jugar los juegos que faltan», comentó Despaigne al periodista Enrique Rojas, de ESPN. «Voy a hablar con él médico y todo depende de cómo amanezca mañana. No pienso que [desde Japón] vayan a decidir nada».
Con Despaigne o sin él, Cuba tiene que hacer lo visto frente a los venezolanos: batear, batear y batear sin importar quién esté del otro lado, como en esta ocasión en que sonaron 12 imparables, incluidos dobles de Frederich Cepeda y Yurisbel Gracial.
Agresivo y constante, el ataque de Granma vino en la misma primera entrada sobre los envíos de Daryl Thompson, un veterano de estas lides que se presentó demasiado inocente en sus lanzamientos secundarios.
Cuba marcó dos en la primera entrada, una en la quinta, dos en la séptima y la última en la octava, aprovechando que los relevistas de los Caribes pasaron el Niágara en bicicleta para calmar las aguas cubanas.
Mención especial para Gracial, quien se fue con dos imparables e impulsó tres anotaciones. La adición del matancero puede ser vital, sobre todo si Despaigne se ve imposibilitado de regresar.
El colchón de seguridad no pudo ser mejor, especialmente por la amenaza de Venezuela en la novena entrada, cuando llenaron las bases y descontaron una, aunque la reacción no alcanzó para remontada.
Sin estar hermético, Lázaro Blanco hizo su labor al permitir dos carreras y cinco hits, con cinco ponches y tres bases por bolas. Su apertura fue de calidad e importante para este primer golpe de Cuba.
Esto, sin embargo, apenas comienza y el bateo abundante de hoy deberá continuar los próximos días, con o sin el Alazán mayor.