Por Sigfredo Barros
El bateador le hace un swing grande a la pelota, pero esta cae en el centro de la mascota del receptor. La voz del árbitro se deja escuchar en todo el estadio: ¡strike tres! Es un ponche, la forma de poner out a un jugador más aplaudida por la afición local, muchas veces puesta de pie para animar al lanzador en su empeño.
Si observamos atentos la relación de los líderes en ponches recibidos, tanto en la Serie Nacional como en las Grandes Ligas, caeremos en cuenta de que –contrariamente a lo visto en el trabajo publicado sobre los de mayor cantidad de triples– en esta ocasión todos son peloteros de estos tiempos, ninguno jugó antes de 1960.
¿Cuál es la razón de que no aparezca ningún participante en las primeras Series Nacionales o en los albores del siglo XIX en Estados Unidos?
Estoy convencido de que no es una sola, sino dos las condiciones del béisbol de hoy, con un aumento significativo en la cantidad de estrucados, cuya cifra se elevó a 40 105 la pasada temporada en la llamada Gran Manzana, con récord también en cantidad de jonrones, 6 105, es decir, 6,57 ponches por cada cuadrangular.
Para hablar de la primera de estas condiciones, recordemos que se terminaron aquellos tiempos en los cuales un lanzador trabajaba durante nueve entradas cada vez que se encaramaba en la lomita. Desde hace años la táctica empleada por todos los equipos es mantener al pitcher abridor durante los dos primeros tercios del partido y después traer uno o dos relevistas y un cerrador –por regla general todos capaces de tirar rectas por encima de las 98 millas–, para finalizar.
En segundo lugar, se acabaron los años cuando un serpentinero podía resolver situaciones complicadas en el juego apelando a dos envíos, casi siempre recta y curva. Hoy han aparecido diversidad de lanzamientos, a saber: recta de cuatro costuras (con la que se alcanzan velocidades de cien millas o más), recta de dos costuras, recta cortada o cutter, sinker, curva (inventada en 1867 por un lanzador llamado Candy Cummings), nudillos, tenedor, tornillo o screwball (en desuso por provocar lesiones en el codo), deslizante o slider, bola de palma de la mano o palm ball y cambio de velocidad. Semejante arsenal capacita a los tiradores de este siglo para sacar de balance a sus rivales con mayor frecuencia.
REUTILIO, ROMELIO, KINDELÁN
No creo equivocarme al escribir que muy pocos aficionados conocían que el líder en ponches recibidos en Series Nacionales era Reutilio Hurtado. Porque el santiaguero –uno de los mejores jardineros centrales de todos los tiempos–, es más conocido porque entre sus 252 cuadrangulares, 21 fueron con las bases llenas, líder histórico del casillero, por delante de Omar Linares (18). Además es el número 20 en impulsadas (1 085) y le faltaron tres jits para los 1 700.
No extraña a nadie que Romelio Martínez estuviera en ese listado. El Gordo de Bejucal le hacía swing grande a todas las pelotas, pues fuerza le sobraba. Fui testigo un domingo por la tarde en el Latino de un batazo de Romelio que pegó en la última sección de gradas del jardín izquierdo, la pelota rebotó y se fue para la calle. Pero tacto no le faltaba, pues recibió 1 073 bases por bolas, solo cinco menos que los ponches recibidos, y 108 transferencias intencionales, porque no se atrevían a lanzarle al eterno cuarto bate de los Vaqueros del Habana con la primera desocupada y dos corredores en circulación.
Algo similar ocurre con Orestes Kindelán. El Tambor Mayor de los santiagueros recibió más boletos (1 232) que estrucados, conectó más de 2 000 indiscutibles y promedió 313 y 431 de embasado. Era un hombre de mucha fuerza, pero sabía discriminar lanzamientos y hacer ajustes entre un turno al bate y otro, de manera tal que resultaba extremadamente peligroso repetirle envíos, toda vez que podía fallar una vez con determinado lanzamiento y luego conectar ese mismo.
Ustedes también estarán extrañados de ver a Enrique Díaz en la relación. Hay que tener en cuenta que «la bala de Centro Habana», como se le conoció durante su vida de atleta, acumuló casi 10 000 comparecencias al home y su frecuencia de ponches por veces al bate es mejor que la media de la pasada 57 Serie Nacional, de 7,44.
REGGIE, ALEX, SAMMY
Controvertido, conflictivo, en ocasiones agresivo, Reggie Jackson es, sin embargo, uno de los ídolos de la afición neoyorquina, fundamentalmente por haber conectado tres jonrones consecutivos a tres diferentes monticulistas, todos al primer lanzamiento, en el sexto juego de la Serie Mundial de 1977. Cuando en una ocasión le preguntaron si se preocupaba por su cantidad de ponches respondió: «no, el ponche es solo un out, peor es batear para doble play».
Muy similar a Reggie en su carácter, Alex Rodríguez fue protagonista siempre, hasta de una famosa bronca con el estelar lanzador Nolan Ryan. De padres dominicanos, nacido en New York, Alex es considerado uno de los mejores peloteros de todos los tiempos, cuarto jonronero de la historia (696), récord en más cuadrangulares con bases llenas (25), más de 3 000 jits, más de 2 000 carreras anotadas y otras tantas impulsadas y 297 de average, excelente para un slugger de su categoría.
Otro jugador de ascendencia latina, el dominicano Sammy Sosa, tuvo que trabajar muy duro en sus primeros años para eliminar la tendencia a ser un free swinger, un bateador libre que le hacía swing a cualquier lanzamiento. A pesar de ser el cuarto con más ponches en la historia, Sammy es el único con tres temporadas de 60 cuadrangulares o más, producto de ser muy selectivo a la hora de tirarle a la pelota.
Tres jonrones son los que separan a Sammy del zurdo Jim Thome en la lista de los mejores de todos los tiempos. Ellos dos son los últimos en sumar más de 600 cuadrangulares. Thome disparó 612 en una carrera de 22 años, seis diferentes equipos, siempre con su estilo único de apuntar hacia el jardín derecho con el bate antes de que el lanzador soltara la pelota.
Thome es miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, como también lo es Mike Schmidt, el último en la relación de los big leaguers con más ponches, considerado el mejor antesalista de la historia, con diez Guantes de Oro, tres títulos de Jugador Más Valioso y 548 cuadrangulares.
Sin duda se puede acumular una cantidad de estrucados considerable y ser una estrella. Especialmente, después de que Ted Williams calificara al bateo como una ciencia y Reggie Jackson afirmara que el ponche… es un out más.
LOS MAS PONCHADOS SERIE NACIONAL |
|||
NOMBRE |
VB |
K |
PROM. |
Reutilio Hurtado |
5880 |
1089 |
5,40 |
Romelio Martínez |
4752 |
1078 |
4,49 |
Leonel Moa |
4793 |
1057 |
4,53 |
Rolando Meriño |
6289 |
1037 |
6,87 |
Orestes Kindelán |
6488 |
1025 |
6,52 |
Lázaro Junco |
5780 |
1007 |
5,80 |
Víctor Bejerano |
7481 |
997 |
7,59 |
Joan Carlos Pedroso |
4522 |
971 |
4,66 |
Enrique Díaz |
7983 |
945 |
8,65 |
Modesto Larduet |
4467 |
917 |
4,87 |
GRANDES LIGAS |
|||
Reggie Jackson |
9864 |
2597 |
3,81 |
JimThome |
8422 |
2548 |
3,39 |
Adam Dunn |
6883 |
2379 |
2,89 |
Sammy Sosa |
8813 |
2306 |
3,82 |
Alex Rodríguez |
10566 |
2287 |
4,53 |
Andrés Galarraga |
8096 |
2003 |
4,84 |
José Canseco |
7057 |
1942 |
3,63 |
Willy Stargell |
7927 |
1936 |
4,90 |
Mike Cameron |
6839 |
1901 |
3,60 |
Mike Schmidt |
8352 |
1883 |
4,44 |