Por Boris Cabrera
El equipo Cuba que se prepara para los venideros juegos Centroamericanos y del Caribe en Barranquilla, Colombia sacó toda la estirpe de sus antepasados, y apabulló a los colegiales norteamericanos con marcador de 15 anotaciones por 4, para así, de forma inesperada, evitar la barrida en el tope amistoso y devolvernos esa llamita de esperanza que amenazaba con extinguirse con vistas a la competencia cumbre del año.
Carlos Martí, herido en su orgullo personal, alineó con su tropa regular y el bombardeo comenzó desde bien temprano. Los cubanos, dormidos y apáticos durante los tres partidos anteriores, despertaron de su letargo y no pararon hasta acumular 17 inatrapables, dos de ellos por encima de las cercas, firmados por Frederich Cepeda y Guillermo Avilés.
Los visitantes, aunque conectaron 11
hits, solo pudieron ligar ante los envíos del zurdo Ulfrido García en las primeras entradas, pero se quedaron cortos ante la batería de lanzadores cubanos recién llegados de ligas foráneas que se encaramaron en el montículo.
La victoria de hoy, es un soplo de aire puro y un golpe psicológico positivo para nuestras huestes. A escasas horas de partir a Colombia, el tanque del optimismo se llena y el fuego que sale de la boca de los aficionados se apacigua un tanto. ¿Cumplirá su objetivo la famosa serie especial?, ¿podemos decir que es una luz al final del tunel? Son preguntas que están en el aire golpeando a escépticos como yo. Las respuestas las tendremos en una semana. Nos vemos en el estadio.