Autor: Sigfredo Barros Segrera
Domingo 14 de enero de 1962. Tarde invernal en La Habana. Miles de personas se dirigen al mismo punto de la ciudad: el estadio del Cerro, todavía no se llamaba Latinoamericano. Dos juegos de pelota para dejar inaugurada la I Serie Nacional de Béisbol.
El juego inicial termina con victoria de Azucareros sobre Orientales. El plato fuerte llega detrás, Habana vs. Occidentales, un duelo entre un joven de 17 años con una curva llamativa, y un veterano de 31, de buena velocidad y control. Manuel «Amorós» Hernández por los de Occidente y Alfredo Street Campbell por los habanistas.
Era un reto para todos. Ya la Liga Profesional Cubana, vigente desde el 29 de diciembre de 1878, había dejado de existir y, con ella, la presencia de estrellas en el montículo como Camilo Pascual, Pedro Ramos, Sandalio Consuegra, Orlando Peña y Mike Fornieles, así como de bateadores de la talla de Orestes Miñoso, Tony Taylor y Pedro Formental, por solo citar algunos nombres entre una pléyade de encumbrados.
Era la hora de los Pedro Chávez, Miguel Cuevas, José Antonio Huelga, Manuel Alarcón, Manuel Hurtado, Aquino Abreu, Félix Isasi, Felipe Sarduy… y Alfredo Street. Su debut en la Serie Nacional no pudo ser mejor, aunque perdió por 1-3 un duelo de 11 entradas en el que se mantuvo todo el tiempo en el montículo.
Nacido en Boquerón, Guantánamo, el 5 de diciembre de 1932, Alfredo Street había andado por muchos caminos antes de ese domingo de enero de 1962. Solo tenía 15 años cuando integró el cuerpo de tiradores del equipo Cristal y finalizó con excelente balance de seis triunfos y cero derrotas.
Después fue miembro de conjuntos como Portuarios, AKB y Ford durante la década de los 50 y en el año 1956 estuvo en un entrenamiento con los Cubans Sugar King. Un año más tarde se trasladó a la antigua provincia de Oriente y contactó con uno de los mejores conjuntos del país, los Mulos de la Nicaro, llamados así por la estatura y corpulencia de varios de sus integrantes, entre ellos Julio Portilla y Dasel Thompson.
Jugaba con los Mulos cuando ganaron la Liga Popular de Cuba en la final ante el conjunto de la Fuerza Aérea de La Habana y viajó con ellos cumplimentando una invitación para un tope amistoso en Puerto Rico. Street lanzó el último de los seis encuentros efectuados allá y derrotó al equipo de Vegas Bajas, con pizarra de 6-3, para darle el triunfo a los Mulos en el tope y ganar el trofeo Amistad Inter Antillanos.
Ya inmerso en la Serie Nacional, Street integró los equipos Industriales ganadores de cuatro certámenes consecutivos en la década de los 60. Fue compañero de estelares como «Changa» Mederos, «Chucho» Rubio, Ihosvany Gallegos, Franklyn Aspillaga y Raúl «La guagua» López, entre otros.
Internacionalmente compitió en el mundial de 1961 en Costa Rica, sumando tres victorias y PCL de 1,15, además de los Centroamericanos y del Caribe de 1966 en Puerto Rico y los Panamericanos de 1967, efectuados en Winnipeg, Canadá.
Lanzó en ocho Series Nacionales con un total de 549,2 entradas, en las cuales solo le batearon para 199 y su promedio de carreras limpias fue un excelente 2,01. Su mejor temporada con Industriales fue la de 1968-69 al compilar balance de diez victorias y cinco fracasos, con 1,99 de PCL, 84 ponches y 38 boletos en 117,1 entradas y nueve juegos completos, a un año de su retiro ya con 38 años de edad.
Fallecido el pasado 16 de febrero, a los 86 años, Alfredo Street nos dejó su ejemplo de disciplina, modestia y entrega a su camiseta de Industriales, equipo con el cual lanzó muchos de sus mejores juegos. Es una de las glorias deportivas de Cuba.