Por Jorge Ebro
Tan cerca y tan lejos, Adeiny Hechavarría siempre guardará un pedazo de Miami en su corazón. El torpedero vive un dulce momento en su carrera de Grandes Ligas con Tampa Bay luego de unos primeros días tan fríos como el invierno del norte.
Muchos nunca entendieron el por qué del cambio de Hechavarría en su momento, aunque ahora pudiera interpretarse como el inicio de todo el movimiento que se llevó a la mayor parte del llamado «núcleo joven» de los Marlins.
«Mi etapa en los Marlins fue muy buena, mi primer año completo en Grandes Ligas fue con ellos en el 2013, y les doy las gracia por haberme dado la oportunidad», apuntó el torpedero de Santiago de Cuba. «Ellos hicieron mucho por mí y lo agradezco. Esa etapa me motivó a crecer, a luchar cada día más. Estoy orgulloso de ese tiempo».
Saludable ahora, Hechavarría está bateando para .288 con un OPS de .705, números que superan los de sus otras contiendas y al momento de redactar esta nota acumulaba siete juegos conectando imparables.
En ese lapso, el cubano exhibe promedio ofensivo de .462 con siete hits, a la vez que mantiene su proverbial defensa al punto de que aún no ha cometido errores en lo que va de campaña.
«Lo importante es que me siento saludable», agregó Hechavarría. «La Liga Nacional es buena, pero esta tiene mucha calidad. Creo que me he adaptado bien a la Americana. Ha sido difícil, porque me han cambiado mucho de turnos al bate, pero me he adaptado».
Cuando Hechavarría partió de Miami rumbo a Tampa Bay en junio del 2017, sus compañeros de ese momento en los peces sintieron en ese momento que este sería el primero de otros cambios y no estaban equivocados.
Uno de los más molestos por aquellos días era Dee Gordon, su colega de combinación alrededor de la segunda base, quien meses después sería canjeado a los Marineros de Seattle.
Aunque no se dijo por lo claro, resultó evidente que la partida del torpedero cumplía con el objetivo de ahorrar unos $2.5 millones en esa temporada y los $5.9 que recibió en el arbitraje del pasado invierno.
Después de todo, Hechavarría no pudo tener mejor destino para esta nuevo capítulo en su carrera.
«Me he adaptado a este equipo, porque me ha dado la oportunidad de jugar regular todos los días», explicó el santiaguero de 29 años. «No puedo quejarme con lo que ha pasado en mi carrera. Esta ciudad no es Miami, aunque puedo conseguir comida cubana».