Por: Javier González
Ronald Bolaños debutó hoy en Grandes Ligas, convirtiéndose en el nativo de la Mayor de las Antillas #213 en arribar al máximo escalón del béisbol mundial. Además, con su promoción, el béisbol isleño arribó a 30 representantes en el Big Show en lo que va de año, empatando el récord para una temporada, conseguido en 1967 y 2016 respectivamente.
El espigado abridor cubano se apoyó en una mezcla de potentes rectas que alcanzaron las 98 mph, y envíos quebrados que oscilaron entre las 73-83 mph, lanzados por encima de su hombro, con rompimiento en forma de cuña, que hicieron estragos en la alineación local.
Después de permitir dos anotaciones en su primera entrada, Bolaños cerró la trocha y caminó cinco innings más en blanco, mostrando dominio absoluto sobre sus rivales de turno.
El alto mando de San Diego lo extrajo del montículo con 88 pitcheos (51 strikes), después de trabajar 6.0 capítulos completos, en las que permitió cinco hits y las dos anotaciones antes mencionadas, al tiempo que regalaba par de boletos y ponchaba a 4 oponentes. Dicho trabajo le mereció al cubano la primera apertura de calidad de su carrera en MLB.
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Sus compañeros, sin embargo, muy poco pudieron hacer ante los envíos de Merrill Kelly, abridor de casa, quién estuvo intratable toda la noche, sometiendo constantemente a la alineación de los Frailes.
El desenlace del partido resultó en una victoria de los Diamondbacks sobre los Padres por ajustado marcador final de 2-1, y Bolaños obviamente cargó con la derrota, aunque a decir verdad, mereció mejor suerte.
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