Por: Boris Luis Cabrera Acosta
Visitar a un Rey en su propio castillo es una suerte que pocas veces en la vida tiene un humilde mortal. Si su apellido es Anglada, entonces se convierte en un privilegio de altas dimensiones.
Por primera vez lo entrevisto fuera del campo de batalla, sin la presencia de su aguerrido ejército ni de hordas desenfrenadas que gritan y hacen sonar sirenas desde las gradas.
El Rey, tranquilo y reflexivo, sentado en un trono de humildad, hace valer su criterio propio mientras nos deja a medio abrir las persianas de su alma, por donde se pueden ver las luces que alumbran el camino de la inmortalidad.
Rey, ¿qué cosas te sorprendieron más a tu regreso a las series nacionales como director?
Bueno esta es otra generación de jugadores. Yo creo que en los años que yo dirigí había muchos muchachos con talento y aparte de eso con mucho valor. Las condiciones que tenían aquellos equipos Industriales eran superiores a estas. El problema más grande que he encontrado no es tanto las deficiencias técnicas sino las tácticas, las hemos visto hasta en el equipo Cuba.
Nos equivocamos mucho. Hay lanzadores de calidad pero dominan pocos lanzamientos. Esa es una cosa que hay que tratar con rigurosidad porque cuando salimos a torneos internacionales nos encontramos con lanzadores que tienen mucho más herramientas que los nuestros.
Es cierto que en los últimos años nuestros lanzadores de la selección nacional han hecho el trabajo, pero los problemas están en la ofensiva. Nuestros bateadores tienen que hacer ajustes en la propia competencia porque en la serie nacional no ven ese tipo de picheo. A veces no enfrentan a los mejores jugadores de cada país pero son atletas de oficio, de experiencia.
Hay muchos problemas en la base y los muchachos llegan a la serie arrastrando problemas, aunque es cierto que allí no hay muchos entrenadores con conocimientos profundos y hay muchas carencias. Existe el deseo y la voluntad, pero eso no es suficiente.
¿Crees que al estar tanto tiempo fuera del béisbol pudo afectar tu manera de dirigir a Industriales al no conocer bien a los peloteros bajo tu mando?
Yo nunca estuve fuera de pelota, estuve trabajando en algunos países pero es cierto que algunos jugadores del equipo Industriales los fui conociendo por el camino. La designación me sorprendió porque nadie pensó que Víctor renunciaría. Me dieron esa tarea y yo la asumí, pero es verdad que según fue pasando el tiempo nos fuimos conociendo mejor. Guillermo Carmona y Benito Camacho estaban en una situación parecida a la mía. Pero creo que si, al final nos fuimos acostumbrando y pude definir mejor las funciones específicas de cada uno dentro del conjunto.
Entonces, desde ese punto de vista una segunda parte en este caso podría ser muy buena.
Sí, claro, mientras mejor se conozca a los jugadores se pueden hacer más cosas y además ellos también se adaptan mejor a tu sistema como director.
¿Cómo explicas que un director de un equipo tan mediático como Industriales, con tantos seguidores y detractores no los clasifique para los Play Off y aun así sea aclamado y aplaudido por las grandes mayorías?
Compadre, eso es una de las cosas que a mí me tienen confundido y emocionado. Se lo digo a mi esposa, no entiendo nada. Industriales es un equipo que exige, los aficionados son muy exigentes cuando no se hacen bien las cosas y cuando éste equipo queda fuera de los play off. Pero en este caso la gente me sigue apoyando, pidiendo que continúe, no me lo puede creer. Yo estoy sorprendido. La fanaticada me ha dado su apoyo completo. Pero creo que es la última imagen la que queda en la mente de las personas. En esos juegos finales los muchachos hicieron una hombrada y ganaron 14 juegos de 17. Hasta nosotros mismos nos sorprendimos. Creo que por eso, principalmente, me piden tanto que siga al frente de este equipo azul.
Anglada, me han informado por diferentes vías que ahora mismo eres el candidato más fuerte para dirigir el equipo Cuba para los importantes eventos que se avecinan este año. ¿Qué me puedes decir al respecto?
Hasta ahora creo que la gente está especulando. A mí nadie de la Comisión Nacional me ha dicho nada, no te puedo decir. Pero si es verdad que la gente me lo está diciendo en la calle, no sé cómo lo saben, conmigo nadie ha hablado, hasta este minuto no hay nada oficial sobre eso.
¿Estarías dispuesto a asumir ese cargo si te llaman?
Quiero decirte que dirigir un equipo nacional es un dolor de cabeza, un reto, y una gran responsabilidad, no es igual con la capital. Pero te digo que si se diera esa situación lo primero que pensaría es que están reconociendo mi trabajo y claro que aceptaría.
¿Qué condiciones pusiera Rey Vicente Anglada para tomar las riendas de la selección nacional?
Si dirijo el equipo Cuba la primera condición que pusiera es que tengo que dirigir también a los Industriales porque eso la afición de la capital no me lo perdonaría, no les puedo hacer eso. Aquí me han brindado un cariño tremendo y me han tratado muy bien. Dirigir el equipo nacional y no dirigir Industriales, eso sí que no.
Otra cosa que pienso es muy importante es tener la libertad para escoger mi colectivo técnico. El director debe escoger a la gente que él piensa pueda resolver esa situación, además de tener un voto muy importante en la selección de sus jugadores. Esas serían mis condiciones para dirigir el equipo nacional.
Pero según tengo entendido quieren designar un director que no esté dirigiendo en el campeonato nacional.
A mí me gusta la idea que el director del equipo Cuba no esté dirigiendo en el campeonato nacional, no es mala la idea, eso pasa en muchos lugares, en otros deportes, y hasta cierto punto lo comprendo y lo valoro bien. Pero en mi caso particular es algo personal, algo propio de mi personalidad, no puedo.
Si dirijo el equipo Cuba es un gran mérito para mí, eso es lo más grande que le puede pasar a un director, pero esa sería mi condición número uno. No puedo traicionar a mi gente.
Los aficionados quieren saber si un director de un equipo Cuba tiene verdadera autonomía para dirigir o a veces tiene que acatar órdenes de los directivos
En mi caso particular no acato órdenes de nadie. Si soy director, asumo todas las responsabilidades, actúo como yo piense o como piense mi colectivo de trabajo. Si en un momento determinado me dan una opinión, la valoramos, si creo que tienen razón por supuesto que se la doy, de lo contrario actuaría como mande mi conciencia. Si no es así no soy director.
En los años que estuve dirigiendo el equipo nacional, jamás nadie me dijo lo que yo tenía que hacer. Siempre hicimos lo que nosotros entendimos y creo que resultó. Ganamos los Centroamericanos, los Panamericanos, discutimos el campeonato mundial y clasificamos el equipo para las olimpiadas. Bien o mal la responsabilidad tiene que ser nuestra. Si no le gusta a alguien, pues me quitan y ya, no pasa nada.
¿Qué pasa si no te llaman para dirigir el equipo nacional? ¿Volverías con Industriales?
Si no me llaman para dirigir el equipo nacional me quedaría tranquilito aquí en mi casa. Hasta ahora me mantengo en la misma decisión con respecto a dirigir Industriales. Dije bien claro que iba solo por un año. No obstante, de aquí a agosto hay tiempo para pensar.
¿Entonces podemos dejar una puerta abierta?
Nunca se puede decir que no beberás de esa agua, la puerta se puede quedar abierta por ahora. Tengo que pensarlo, hablarlo bien con mi familia. Por el momento he dado mis sugerencias al sub 23, no puede haber divorcio con el equipo grande. Esa es la granja de Industriales y hay que trabajar en conjunto.
¿Qué posibilidades de lograr el boleto olímpico le ves a nuestro equipo nacional?
La clasificación para las olimpiadas está difícil. El nivel del béisbol internacional ha aumentado y nosotros nos hemos quedado un poquito atrás, pero hay que intentarlo, hay que salir a buscar ese boleto. Nosotros los cubanos sabemos pelear y nunca nos damos por vencido.
¿Estarías a favor de convocar a los cubanos que juegan en otras ligas profesionales y que no pertenecen a la Federación Cubana de Béisbol?
Siempre he abogado por que sí, con las dos manos voto por eso. He tenido la posibilidad de ver y hablar con muchos cubanos que viven y juegan en otras latitudes y todos están dispuestos a jugar por su tierra como lo hacen todos los jugadores en otros países. ¿Por qué los cubanos no lo van a hacer? Esos muchachos en un momento determinado decidieron no estar aquí y se fueron detrás de un sueño, pero ellos son cubanos y nunca han renunciado a los suyos ni a su bandera. La mentalidad tiene que cambiar, la razón se impone.