Por Lemay Padrón
Ya Guantánamo dejó despejado el camino a los otros tres clasificados a la segunda fase de la Serie Nacional de béisbol, pero queda todavía por definir el orden en que pedirá cada equipo, sobre todo los últimos.
En los primeros puestos, Ciego e Industriales saldrán bastante desfavorecidos porque hasta las dos últimas rondas de selección no debe llegar mucha pólvora.
Sucede que la falta de seriedad de la Federación cubana en el tema de las contrataciones ahora no permite siquiera hacer una estrategia a cada mentor para saber a quién pide.
El mejor bateador disponible en la bolsa, Frederich Cepeda, ya fue contratado para jugar en Colombia, y nadie garantiza que en los días que restan antes de la selección de refuerzos, o incluso luego de iniciada la siguiente etapa, sigan marchándose peloteros a otras Ligas.
Esto último sería aún peor, porque ya gastaste tu oportunidad de reforzarte con uno bueno, y tendrías entonces que repescar dentro de lo que quede, y realmente no estamos tan sobrados de talento en estos momentos como para considerar eso un verdadero revulsivo en el equipo en cuestión.
Lo primero es ponerle seriedad al asunto. En todas las Ligas del mundo existen los traspasos, pero tienen su fecha, y aquí eso sigue en el limbo, como en el limbo están las contrataciones en los torneos del Caribe, mucho más provechosos que estos en Colombia, donde competitividad y exigencia son escasas dada la menor calidad de ese certamen. No por gusto se ha pensado en peloteros de más de 30 años, pues no será desarrollo precisamente lo que se logrará en esa Liga.
Sin embargo, ya empezamos con Freddy Asiel Álvarez, que tiene solamente 26 años y fue incluido inicialmente entre los firmados para la jugar en la nación cafetera (aunque luego hayan rectificado), y eso refleja a las claras que seguimos improvisando.
Tal como van las cosas, en vez de refuerzos habrá retoques en las novenas, y no me extrañaría tampoco que varios de los escogidos sean llamados por pura formalidad y no sean siquiera regulares en el resto de la Serie.
Seguimos pagando el precio de celebrar nuestro campeonato en una fecha completamente atípica, apenas uno de los males que urge resolver lo antes posible para devolverle a nuestro béisbol el lustre de antaño