Por Yirsandy Rodríguez Hernández
Hemos visto un final con la mejor afición de toda la cuarta edición de la Serie Nacional Sub-23, aunque el resultado muchos lo anticipábamos. ¿Recuerdan cuando Santiago de Cuba ganó 13 de sus primeros 14 juegos en abril? En ese instante, sus triunfos no eran obra de simplemente un buen inicio, pues ellos no perdían desde el 29 de junio, terminando con récord de 8-0 incluyendo los play off.
Por esta vez, también se fueron invictos 4-0 en la postemporada, suman un 8-0 desde 2016 y anotaron 12 o más carreras por días consecutivos por segunda ocasión en la historia —antes lo hicieron el 1 y 2 de julio, 16-0 y 12-0 vs Guantánamo—.
Está claro que tienen un grupo interesante de jugadores, pero la interrogante ahora mismo es esta: ¿Ellos serán capaces de contribuir para una clasificación en la 57 Serie Nacional? Ok, pueden tomarse un tiempo para responder.
Ariel Pestano vive una pesadilla en el lucky seven. La alegría tocó el cielo naranja en el quinto round cuando, Jesús Olivera, golpeó un doblete que empató 5-5 la pizarra. Para entonces, ya Javier Mirabal había explotado permitiendo tres extra bases (dos triples y un jonrón) en la apertura del episodio, y José Ruiz se tuvo que hacer cargo del box. Dos sencillos, un pelotazo y un elevado de sacrificio rompieron el abrazo 6-5, ya con Eddy Howard Díaz en el montículo, el cerrador por excelencia de Pestano.
Con las bases llenas y dos outs, un doble robo demorado provocó la revisión del video, cuando el cátcher Julio Miranda intentó cazar a Sergio Bartelemy en la antesala, que se había adelantado demasiado. La jugada parecía un out, al menos desde mi óptica, pero fue decretada como “safe”, y entonces el inning continuó. A este equipo de Santiago de Cuba no puedes dejarle una brecha, Díaz lanzó con cuidado, pero terminó concediendo dos bases por bolas (en 3-0 y 3-1). Para completar el rally decisivo, Lionard Kindelán aprovechó que su elevado de foul por primera cayó entre Olivera y Miranda, y en la cuenta de 2-2 soltó un elevado corto al left-center, perfecto para subir el 9-5 al marcador.
Javier Mirabal estuvo lejos de su mejor control. Después de Yosver Zulueta era Mirabal el as que le quedaba a Ariel Pestano, pero este sábado el espigado derecho no pudo tener una apertura decente. Aun así, logró salirse de una seria amenaza en el primer inning, con cuatro ponches —uno de ellos embasado por wild pitch—, otro récord en una entrada, después de los seis strikeouts consecutivos contra Matanzas. Así hilaba siete ponches en sus últimos dos primeros capítulos, algo jamás antes visto.
Con ocho pitcheos Mirabal liquidó el segundo, utilizó solo cinco en el tercero y en el cuarto, admitió dos hits luego de dos outs, pero puso a su merced a Santiago Torres con un slider a la esquina de afuera. El quinto fue un episodio para el olvido, en apenas cinco pitcheos:
– Dasiel Sevila: triple por el jardín derecho en cuenta de 2-1. Secuencia: Recta (strike), slider (bola), slider (bola), slider (in play).
– Yoelquis Guibert: triple por el jardín derecho en cuenta de 0-0. Secuencia: Recta (in play).
– Lionard Kindelán: jonrón por el jardín izquierdo (encima 325 pies), cuenta de 0-0. Secuencia: Curva (in play).
A Mirabal le golpearon todo su mejor repertorio: un slider bien abajo y afuera (Sevila), la recta (Guibert) y luego la curva alta-adentro (Kindelán). Le hicieron el daño de tres extra bases consecutivos, los mismo que había permitido ante los 281 rivales anteriores. Por cierto, el cuadrangular de Kindelán Jr. es el segundo que soporta Mirabal en su historia durante 104 2/3, y el primero desde que Ernesto Valdés (Matanzas) le votó la pelota en el Victoria de Girón el 26 de junio de 2016.
¿Lionard Kindelán tiene un poder legítimo? “Lio-Kind”, como le estoy llamando desde hace un tiempo, honró el apellido que lleva, el de su padre, el mayor jonronero del béisbol revolucionario, uno de los bateadores más completos que pude ver en la caja. Lionard, lo hizo de la mejor manera que esperaban los santiagueros de su cuarto bate, con un juego de dos jonrones el día decisivo, 11 en la ronda regular y 45 empujadas, que cifraron un nuevo récord.
El poder mostrado por Lio-Kind es intrínseco, aunque tiene mucho que pulir aún. De sus dos golpes de jonrón, uno fue ante curva y otro contra recta, siempre halando a gusto y descargando un swing que, no parece alardear de su aceleración, pero sí de mucha fuerza.
Para los momentos de esplendor de los santiagueros, 180 apariciones en 45 juegos serán bien interesantes para ver hasta dónde puede llegar Lionard Kindelán, quien podría ofrecer un poco de poder joven a esa alineación que dirigirá su padre por primera vez.
Villa Clara volvió a quedarse a las puertas. Ariel Pestano debutó con el buen sabor de conducir a su equipo a la final, lo que antes no habían podido conseguir Vladimir Hernández y Roberto Rodríguez. Hernández, tuvo récord de 29-7, la marca vigente en la etapa clasificatoria, y un año después, Rodríguez obtuvo registro de 23-13. La Habana y Artemisa se encargaron de eliminarlos, respectivamente, mientras Pestano en 2017 con 27-13, escaló hasta la final tras eliminar a Matanzas 2-0.
El resultado es meritorio, aunque hay algunos puntos que no deberíamos dejar pasar. Pestano, como director debutante en esta ola de managers ex jugadores, solo tuvo una tendencia que me sorprendió: Los insistentes robos de tercera y el excesivo toque de pelota, en cualquier situación de juego, ganando o perdiendo, con un out o corredor en posición de anotar, antes o después del quinto episodio.
Estos fueron algunos de los toques de pelota enviados que más me impactaron, en el instante donde el equipo discutía la clasificación y el pase a la final, pero estaba entre los tres primeros en extra bases históricos, hits y carreras anotadas por juego:
29/5 vs Matanzas: Ganando 3-0, sexto inning y un out, toque de sacrificio con Otoniel González. Resultado, cero carreras.
29/5 vs Matanzas: Ganando 3-0, séptimo inning sin outs, toque de sacrificio con Jesús Olivera. Resultado, cero carreras.
30/5 vs Matanzas: Juego empatado, cuarto inning sin outs, toque de sacrificio con Jesús Olivera. Resultado, una carrera al finalizar la entrada.
Ojalá y los nuevos managers ex jugadores de esta era, utilicen más las estadísticas para las tendencias que desarrollan sus jugadores bajo su mando. No estoy en contra de los toques de bola, pues sabemos que hacen mucha falta en varias situaciones de juego. Pero, sin dudas, hay algo que debemos no olvidar: Un toque de bola puede incluir en la anotación de una carrera, de hecho, lo vimos en las secuencias que les traje. Mas, recordemos, que un toque es un out otorgado, y un out es una posibilidad menos de hacer un rally.
“Si tocas la pelota juegas para una carrera, si no tocas la pelota, hay nueve hombres que pueden hacer un rally”, escuché decir una vez algo así a Joe Maddon, ganador de la Serie Mundial 2016 con los Cachorros de Chicago en el béisbol de las Grandes Ligas.
Las cortinas del béisbol cubano han bajado, hasta el 6 de agosto cuando se inaugure la 57 Serie Nacional de Béisbol. Esperamos ver algunos juegos interesantes de Cuba en la Liga Can-Am, y luego cuando topen en julio frente a Estados Unidos. Por ahora, Santiago de Cuba es el campeón y único conjunto en repetir la corona, hazaña que merece todo el crédito. ¡Felicidades Campeones!