Para los aficionados cubanos el nombre de Randy Labaut puede que no sea muy familiar. El lanzador zurdo salió del país en el 2010, con apenas 13 años, y por ello no llegó a ver acción en las Series Nacionales con su provincia natal de Artemisa. El muchacho que tiene como ídolo al as de los Dodgers, Clayton Kershaw, tuvo que abrirse paso en el béisbol colegial estadounidense hasta que en 2019 pactó con los Guardianes de Cleveland mediante el draft amateur.
Con esa escuadra inició su recorrido por las Menores, escalando año por año de nivel y con notas positivas. Este 2023 abrió en Doble A con la escuadra de Akron RubberDucks y su rendimiento fue más que meritorio. Trabajó 17 encuentros, siempre como relevista, con balance perfecto de 3-0, un juego salvado, 37 ponches y 14 boletos en 34.2 capítulos de labor. En tres departamentos de mucha importancia sus estadísticas fueron relevantes: PCL (1.82), WHIP (1.07) y promedio de ponches por cada nueve entradas (9.6).
Ante tal panorama lo esperado era su promoción a Triple A y así sucedió en el mes de junio. En el nivel más alto de las Menores totalmente diferente fue su accionar. En 16 salidas (una de ellas como abridor), tuvo récord adverso de 0-2, con un salvamento, evidente descontrol (14 chocolates y 21 pasaportes gratis) en 23.2 innings, funesto PCL de 6.46, y elevado WHIP de 1.73.
En general su campaña cerró con tres éxitos, dos descalabros, par de juegos salvados en 33 apariciones, 51 ponches y 35 boletos en 58.1 entradas, PCL de 3.70 y WHIP de 1.34. De forma normal sus números son aceptables pero lo hecho en Triple A dejó deudas que debe saldar en el 2024. Con mayor constancia en su rendimiento no es ilusorio pensar que llegue a ver acción en el mejor béisbol del mundo. Vencer ese reto debe ser el objetivo más cercano para el siniestro de Alquízar.