Foto (Zimbio) Raisel Iglesias tiene 98 juegos salvados en Las Mayores
Por Yusseff Díaz
HIALEAH,FL- Raisel Iglesias fue un relevista de la Isla de la Juventud en la Serie Nacional y representó a Cuba en el Clásico del 2013. En Noviembre de ese mismo año el diestro abandonó la isla para probar su suerte en el béisbol rentado.
Ese mismo año estableció residencia en Haití e hizo un showcase en Diciembre. En junio del 2014 firmó un contrato de Grandes Ligas con Cincinnati de 7 años y por 27 millones de dólares.
Iglesias fue convertido en abridor después de su firma a pesar de siempre ser relevista en Cuba. En el 2015 hizo el equipo como abridor y debutó el 12 de Abril ante los Cardenales de San Luis, incluso el diestro fue el abridor de Opening Day en el 2016.
Esa temporada fue convertido en el cerrador del equipo y salvó seis juegos, a partir de ese momento el lanzallamas se convirtió en el cerrador del conjunto rojo.
Iglesias tiene por lo menos 25 rescates en las últimas tres campañas y con su recta de 100 mph y varios rompimientos podría tomarle el puesto a Aroldis Chapman como el próximo gran cerrador antillano.
En la isla tuviste el un bullpen que incluyó los brazos supersónicos de Hector Mendoza, Yoan López y Jorge Despaigne. ¿Cómo tu mánager pudo repartir las entradas equitativamente?
Cuando Héctor Mendoza llegó al equipo ya yo estaba en el bullpen y él comenzó como abridor. Yoan López en ese entonces también era abridor, lo mismo que Despaigne. Teníamos un grupo de muchachos abridores jóvenes con mucha calidad y con tremenda potencia en sus brazos.
Yo estaba como relevista intermedio porque el cerrador era Danny Aguilera que en por entonces ya era un veterano. Los muchachos jóvenes tiraban 5 y quizás 6 inings mientras yo lanzaba el séptimo y el octavo y Danny se encargaba de cerrar por su experiencia.
Hacíamos muy buena mezcla. Los días que Aguilera no podía lanzar me aguantaban a mí hasta el final para hacerlo yo. Así fue como me especialicé en cerrar juegos y venir en los últimos inings del juego de pelota.
Fuiste primero un relevista en Cuba pero cuando firmaste te convierte en abridor. ¿Fue eso incómodo para ti?
En Cuba siempre me desempeñé como relevista aunque en varias ocasiones donde se celebró algún doble juego me dieron la posibilidad y me gustó mucho. En Cuba no tenía un gran repertorio más allá de la recta de cuatro costuras, una slider y un split que allá llamamos tenedor.
Entonces me voy de allá y comienzo a entrenar para conseguir una firma en Grandes Ligas y es ahí donde el entrenador de lanzadores, Raúl Ortega, me enseñó a tirar el cambio de bola y la sinker. Eso me ayudó mucho.
En los tryouts a los scouts les impresionó que soltaba la bola desde varios ángulos de salida y que ya contaba con buen repertorio de lanzamientos por lo que vieron en mí perspectivas para un posible abridor y así lo hicieron.
Por necesidades del equipo de Cincinnati me trasladé al bullpen nuevamente. Cambiaron algunos veteranos y flaqueó la calidad del pitcheo de relevo por lo que decidí trasladarme para esa función. Allí también me sentía más cómodo porque me gusta más relevar que abrir juegos. Después de la salida de Aroldis Chapman el equipo me colocó en la plaza de cerrador y ahí estoy haciendo lo que sé.
Regresaste al bullpen en el 2016 e incluso has salvado 25 juegos en tres temporadas seguidas. ¿Cómo has podido mantener esa consistencia?
Efectivamente. En ese regreso a las funciones de relevo en 2016 no es hasta septiembre que ocupo el puesto de cerrador. En ese lapso salvé seis juegos aún cuando ya no había chance de clasificar para play off.
Al año siguiente el equipo tuvo confianza en mí y me dieron la responsabilidad de empezar la temporada como cerrador. Es entonces que logro llegar a la cifra de 25 salvamentos.
Por supuesto era la primera vez que salvaba esa cantidad de juegos y eso me dio confianza y me fue relajando y pude establecerme en el puesto. Se necesita mucha confianza para venir en ese rol. Muchas veces el equipo va ganando por dos o tres carreras pero otras tantas necesitas aguantar una sola, a veces en circunstancias complicadas que demandan concentración y confianza.
Esa es la importancia de ser consistente, también requiere mucho sacrificio estar listo cuando el equipo requiera de tu brazo. Yo me mantengo entrenando el año completo. Nunca dejo de prepararme. Hasta que no se acaba la temporada no dejo de hacerlo. Tal vez por eso el terreno me premia con los resultados.
Además desde el 2016 no he tenido lesiones por lo que es aún más importante. Incluso en las vacaciones continúa mi entrenamiento y mi preparación. Creo que esa es una clave de los logros que tengo en las Grandes Ligas.
Aún cuando lograste salvar más de 30 juegos, la camapaña pasada tuviste algunos problemas. ¿Qué has hecho en la primavera y la temporada muerta para arreglar eso?
Así es, el año pasado logré salvar 34 juegos en 40 oportunidades de salvamento que tuve. Desperdicié 6 posibilidades que me hubieran permitido llegar a los 40 salvados. En realidad fue una temporada difícil, con muchos altibajos.
Cuando vienes del bullpen a lanzar una entrada y pierdes 12 juegos se sufre mucho. Pero lo bueno es que supe reponerme de ese resultado negativo y me he mantenido entrenando y preparándome.
Durante la cuarentena por el COVID-19 sigo con mi preparación ayudado por mi hermano, haciendo trabajo en el gimnasio en casa. Eso me ayuda a mantenerme fuerte y saludable y con determinado ritmo deportivo. También me va a ayudar a hacer de los deslices del año anterior borrón y cuenta nueva como decimos los cubanos.
La anterior temporada ya pasó y estoy ansioso porque comience la próxima para ver como me va y qué función tiene para mí el equipo. Quiero esforzarme mucho y tener una campaña buena aunque sé que es muy difícil que todas las temporadas sean buenas para un atleta. Me enfoco en lo positivo y espero que salga todo lo mejor posible.
Foto (Getty images): Raisel Iglesias en el Clásico Mundial del 2013 con la selección Cubana
Dime algo que aprendiste de Aroldis Chapman durante el tiempo que jugaron juntos.
Cuando llegué a los Reds tuve el apoyo de Aroldis Chapman. También compartí con el receptor Brayan Peña, quien ahora es director de la AA de Detroit. Era bueno tener dos cubanos compartiendo equipo.
Con Brayan me sentí muy bien cuando me recibió lanzando en el equipo. Él era mi receptor e hicimos muy buen trabajo, muy buena combinación. De «Chapi» (Chapman) aprendí muchas cosas. A ser observador, a estar tranquilo. También aprendí a divertirme, a no estar estresado, que esto es sólo un juego a fin de cuentas.
Cuando él venía a cerrar y se le iba un juego de las manos lo veías sereno. La mente a veces nos golpea a los atletas y eso lo mejoré gracias a él. Tuve la suerte de compartir con él y para mí es como un hermano. Su enseñanza hoy en día me ayuda a mantenerme en el béisbol. Jugar con él fue grandioso.
¿Cuál es tu meta para esta temporada?
Mi meta es mantenerme saludable en primer lugar. Tratar de ayudar al equipo a ganar y mejorar el resultado con respecto al promedio de ganados y perdidos, salvar todos los juegos posibles aunque todavía es incierto el comienzo de la temporada y no sabemos la cantidad de juegos que se realizarán.
Si no puedo mejorar en lo individual por lo menos aportar lo mejor que pueda al equipo y visto lo que he entrenado y el rigor de mi preparación creo que el resultado va a ser positivo. Siempre salgo a hacerlo bien y ayudar al equipo.
¿Qué podemos esperar de Raisel Iglesias esta temporada?
Que voy a estar saludable como ya dije. Los fanáticos pueden esperar lo mejor. Pese a la pausa he tenido buena preparación y mi brazo está saludable. Yo siempre voy a salir al terreno a darlo todo.