En la historia de las Series Nacionales han existido equipos bateadores, de excelentes cuerpos de lanzadores y herméticos a la defensa, pero cuando un conjunto equilibra estos acápites, sin dudas se convierte en un fuerte contendiente para luchar por la corona. Este es el caso del conjunto de Las Tunas.
Los muchachos de Pablo Civil han mantenido las hachas bien afiladas como de costumbre, pues prácticamente desde su nacimiento, los peloteros de esta región se han caracterizado por exhibir siempre buenos números ofensivos, pero descuidando elementos tan importantes del juego como la defensa y el picheo.
En esta versión, han mantenido en jaque a sus rivales cuando toman el madero en sus manos, y ya promedian para 321 de average en esta segunda etapa (primeros), con un slugging de 435 (segundos).
La lesión de su principal hombre en el ataque, Yosvany Alarcón, no ha disminuido en nada el poderío ofensivo, como tampoco se ha notado la ausencia de su hermano Yordanis, suspendido por indisciplina.
Yuniesky Larduet (358), Danel Castro (353), Denis Peña (324), y Jorge A. Jhonson (304), unidos a los refuerzos Jorge E. Alomá (378) y Alexander Ayala (358) han mantenido el fuego en el área del home-plate.
Picheo dominante en la pelota cubana
Mientras en esta fase, la defensa al campo solo ha cometido 24 errores en 24 partidos -la segunda más efectiva de la lid-, sus lanzadores, contra todo vaticinio, están encaramados en lo más alto de este importante apartado.
En estos últimos 24 encuentros, sus 86 carreras limpias permitidas en 208,2 entradas lanzadas (3,71PCL) es lo mejor de la Serie, además, son los de mayor control al regalar solo 68 boletos de libre tránsito (2,83 por juego).
Mucho ha tenido que ver la actuación del líder histórico del staff, Yoalkis Cruz, reverdeciendo laureles en esta parte final del campeonato, en unión del refuerzo Dariel Góngora, quien ya anda por cuatro victorias.
Sin embargo, a pesar de este balance perfecto entre todos los aspectos del juego, el detalle más importante, el que hace arder la leña verde que encuentran en el camino, es realmente su producción con hombres en posición anotadora.
En el béisbol gana el que produzca más carreras, el equipo que tenga mejores impulsadores, hombres de nervios de acero que no flaqueen cuando la afición pida a gritos una conexión y el lanzador contrario utilice sus mejores armas, y los leñadores cuentan en su arsenal con alguno de ellos.
El caso de Danel Castro lleva un comentario aparte, pero este ilustre veterano de mil batallas ha sido protagonista en varias ocasiones del triunfo de su tropa. En toda la Serie ha empujado a más del 40 por ciento de los corredores que ha encontrado en posición anotadora, remolcando 12 veces el empate o la ventaja en esta segunda fase del campeonato (líder), y compilando ya en esta etapa de definición un total de 29 empujadas (líder)
Otros hombres como Jorge A. Jhonson, Jorge E. Alomá, y Alexander Ayala, también han sido un látigo para sus rivales cuando encuentran hombres en posición anotadora, siendo efectivos todos en más del 30 por ciento de las veces.
Con estas cartas encima de la mesa, los aficionados están soñando con su anhelado título, esquivo durante más de 40 años, y que esta vez no es para nada una quimera ni una idea quijotesca.
No obstante, la entrada de tres refuerzos en la post-temporada para cada equipo, la tensión y el estrés que genera esa fase conclusiva de competencia, y las sorpresas que siempre nos reserva este deporte en los finales, no puede hacerlos cantar la victoria anticipada.
De momento, hacha en mano, que siga la fiesta en los bosques y que siga ardiendo la leña verde. Nos vemos en el estadio.
(Tomado de Playoff Magazine)