Para una inmensa mayoría de cubanos la pelota es una de las grandes pasiones y uno de los entretenimientos mejor atesorados.
Así ha sido desde que un 27 de diciembre de 1874 un grupo de jugadores vestidos de uniformes con los nombres de Matanzas y Habana Baseball Club – el primer equipo de béisbol de Cuba y Latinoamérica- se enfrentaron en el Palmar de Junco para celebrar el juego que inició el béisbol en esa isla.
Aunque el campeonato oficial se inauguró en 1878, la fecha que permanece como el primer juego fue aquel histórico 27 de diciembre de 1874 en tierra yumurina.
Las incidencias de ese juego fueron publicadas el 28 de diciembre en el periódico matancero La Aurora del Yumurí con un boxscore que recogía los nombres de los peloteros con un resultado de 51 corridas (le llamaron a las carreras) contra 9, a favor del Habana.
Los terrenos donde estaba el estadio pertenecieron a la familia del doctor Martín del Junco, un fiscal de la audiencia de La Habana. Se construyó una glorieta con techo y otra a la intemperie que se le llamó “gradas del sol”.
Según historiadores, el parque se llenó de curiosos que fueron a mirar un deporte desconocido donde un jugador (pitcher) ubicado dentro del terreno lanzaba una pelota hacia un lugar llamado “home” para que un rival con un pedazo de madera (bate) tratara de pegarle a una bola blanca y redonda.
Entre los jugadores conocidos estaban Ernesto Guilló, hermano de Nemesio Guilló e introductor del béisbol en Cuba, quien aprendió a jugar en Mobile, Alabama; y Esteban Bellán, el primer latinoamericano que jugó en un equipo profesional en Estados Unidos, los Troy Haymakers de la Asociación Nacional.
En este encuentro también actuó Emilio Sabourín del Villar, quien jugó en los primeros torneos oficiales de la pelota cubana como jardinero y segunda base. Luego realizó labores como mánager.
Pero Sabourín no sólo se entregó al deporte, también se incorporó a las luchas por la Independencia de Cuba. Sus ideas fueron conocidas por la emigración cubana de Cayo Hueso donde los hijos de los tabaqueros celebraban juegos los domingos para recaudar fondos y ayudar a las tropas mambisas. Fue arrestado por España en 1896 y murió en prisión el 15 de julio de 1897.
La situación política de la isla obligó a que muchas familias ricas enviaran a sus hijos a estudiar a Estados Unidos y en este grupo estaban los hermanos Nemesio y Ernesto, Enrique Porto, José Amieva y sus dos hermanos.
Bellán llegó a Estados Unidos en septiembre de 1863 para estudiar en el St. John College ubicado en Nueva York, donde conoció el béisbol. El diario New York Times lo reportó actuando el 19 de junio de 1868 con el equipo de su colegio, el Rose Hill.
Cuando estos estudiantes regresaron a Cuba con sus bates, pelotas y guantes, comenzaron a fonguear bolas en los barrios de La Habana para ayudar a propagar el deporte que habían conocido en Norteamérica. Ellos fueron los auténticos pioneros del béisbol cubano.
Así comenzó la pelota en Cuba, que con el pasar del tiempo se convirtió en el deporte nacional de una isla que en 141 años de historia beisbolera ha producido centenares de luminarias desde las épocas de Adolfo Luque, Martín Dihigo y Orestes Miñoso, hasta llegar a las etapas de Luis Giraldo Casanova, Omar Linares y José Abreu, y tantísimos otros ases.