Por Norland Rosendo
Si no fuera por la letra H que portan las camisetas, hubiera dicho que era otro equipo, pero a los habaneros menores de 16 años les vino bien el cambio de color, pues conquistaron el oro en el campeonato nacional de esa categoría, nada menos que dejando en plata al rey de 2017, un elenco que sí suele vestir de escarlata en la pelota cubana: Santiago de Cuba.
En una final que acogió Sancti Spíritus con exquisitez, según dicen varios reportes desde la sede, los capitalinos se confirmaron como el mejor conjunto del torneo, después de que encabezaran la zona occidental con balance de 20-8, remataron la encomiable actuación con la corona en un duelo conclusivo que concluyó 5-3 ante los indómitos, quienes vendieron la derrota a precio de mamey en el Vedado.
El mentor de los nuevos jerarcas, Reinier Madruga, comentó al colega Duanys Hernández, de JIT, que «este grupo tiene mucha valentía y coraje. Sabe sacar los juegos de abajo. Este triunfo no es solo de nosotros, es de toda la capital que lo estaba esperando hace años, de las autoridades de la escuela que siempre nos apoyaron, y sobre todo de los padres de los atletas que siempre han estado con nosotros en las buenas y las malas».
La presea de bronce fue para el equipo de Matanzas que doblegó a Artemisa, por 8-1. Los anfitriones ocuparon el quinto puesto y el sótano le correspondió a Guantánamo, que como aliciente para esa provincia, de tan malos resultados últimamente en la pelota, logró rebasar la etapa clasificatoria.
En agosto, la selección nacional cubana de la categoría defenderá en Panamá el título mundial, que ha ganado en las dos últimas ediciones (2014 y 2016)