Boris Luis Cabrera
En una de las secciones de entrenamiento del equipo azul, el grupo de trabajo de Industriales de la Habana.com encontró a Yoandry Urgellés en plena faena.
El que un día fue “el mejor zurdo de la pelota cubana”, lleva con dignidad sus 38 años sobre la grama completando como cualquiera de los bisoños que corren a su lado la rutina diaria de entrenamiento, a solo unos días del comienzo de su serie número 21.
Lo demostró hace unos días en los terrenos del Cotorro en el marco de la Copa “Antillana de Acero”, donde el grito de “takata”, salió varias veces de su boca cada vez que conectó la bola con efectividad para terreno de nadie.
No se espera menos de un león con sangre santiaguera. Desde que debutó arrancando el nuevo siglo con los rojos de Metropolitanos llevándose el galardón de “novato del año”, sabíamos que estábamos en presencia del nacimiento de una leyenda.
El héroe de la copa intercontinental del 2006, uno de los pocos cubanos que tiene el privilegio de haberle clavado un puñal en el pecho a nuestra “bestia negra” de los clásicos mundiales y doble medallista olímpico; estaría jugando este año su última serie nacional.
“Este es el último año de Yoandry Urgellés, el que viene, vengo como entrenador para seguir aportando mis conocimientos”-Le confesó a Carlos Tabares, fiel compañero de tantas batallas.
Antes, el mítico número catorce, quiere vencer dos metas, motivación que puede que puede ser muy peligrosa para sus rivales en el terreno de juego.
“Mi primer objetivo es llegar a la meta de 1500 hits. Después que llegue, mi otra meta es que clasifique el equipo a ver si en este 500 aniversario de la fundación de la Habana podemos darle el triunfo que la capital quiere”-Declaró.
En la temporada pasada apenas compiló 60 turnos oficiales en la caja de bateo con 21 imparables conectados, utilizado muchas veces como emergente de lujo. El empuje de figuras jóvenes y el lógico cambio generacional en la que está inmersa la escuadra capitalina, despierta nuevamente dudas sobre su titularidad en el conjunto, Urgellés lo sabe.
“Yo estoy preparado para lo que me toque, eso depende del director. Lo importante es pensar en el colectivo, pensar en el equipo”