Por Jorge Ebro
Cuando Miguel Valdés supo que Cuba había finalizado sexta en los Panamericanos, cerró los ojos y sintió un dolor por dentro. El que fuera el zar de la pelota de la isla durante décadas no se engañaba sobre la realidad del béisbol en su tierra, pero así y todo…un sexto lugar.
“No hay justificación para lo que sucedió’‘, comentó Valdés. “Todos sabemos que Cuba no es lo que era antes, pero ¿perder contra Colombia? ¿Desplomarse como sucedió en ese partido final contra Dominicana? Es algo muy doloroso de ver y entender’‘.
Valdés, actualmente radicado en Miami, vivió una era dorada como jefe técnico de una selección nacional que solía ganar cuanto torneo le pusieran por delante. Eran tiempos donde el pelotero de la isla no emigraba, en que los profesionales aún no participaban.
Así y todo, Valdés era uno de los rostros del éxito, de esa hegemonía antillana que hoy sirve de triste contraste con el momento del país en el pasatiempo nacional. El sexto lugar en Lima 2019 no sirve de consuelo para nada ni nadie.
“Justificaciones pueden encontrarse muchas, pero aunque se vayan muchos peloteros, no hay razón para caer o al menos discutir una medalla en ese tipo de torneo, con ese nivel de béisbol’‘, agregó Valdés. “En vez de buscar justificaciones, debieran encontrar soluciones’‘.
El camino de Valdés se inició desde su graduación en el Instituto Superior de Educación Física y entró en su carril más alto cuando llegó a la escuadra nacional de béisbol, cuando esta vivía momentos de gloria y paseaba su fortaleza en las competencias amateurs.
La poca o nula emigración de talento, las mejores condiciones de entrenamiento y alimentación, la ausencia de profesionales en los torneos y el innegable rigor técnico de personas como Valdés hicieron que la pelota cubana eslabonara una cadena de 151 juegos sin perder entre 1986 y 1997 en eventos internacionales.
“Me enorgullece decir que en mi hoja de servicios poseo 13 títulos mundiales consecutivos, dos oros olímpicos, seis centroamericanos y siete panamericanos’’, afirma el entrenador que a los 70 años de edad conserva un dinamismo envidiable. “Y todo se hacía con una base investigativa, con datos científicos. Salíamos por campos, ciudades y montañas a buscar talento. Así encontramos a Antonio Muñoz’‘.
Pero un día decidió dejar atrás su puesto de privilegio, sus logros en el deporte amateur y decidió emprender una nueva ruta al cruzar la frontera junto con el lanzador de Pinar del Río José Ariel Contreras.
Hasta hace un par de años fungió como coordinador de pitcheo de las Ligas Menores de los Mets, un trabajo demandante que le exigía muchas horas y millones de reportes, por eso decidió emprender un proyecto propio con Fitness Lovers 305, un laboratorio deportivo para llevar a los atletas a un nivel superior.
Este lunes partió a México para encabezar un proyecto de desarrollo de béisbol con fuerte respaldo del gobierno de ese país y de nuevo se siente rejuvenecido y con mil ideas en la cabeza.
“En México me han pedido que ayude a instituir un sistema de academias, con un centro nacional para desarrollar peloteros’‘, explicó Valdés. “No quiero hablar mucho hasa que se consolide, pero esl algo que me provoca mucha alegría y deseos de trabajar’‘.
Algo que no le da felicidad alguna es el estado de la pelota cubana, la cual apenas sigue para preservar su salud.
“Me cuentan ahora que el fútbol es el deporte nacional, que los muchachos solo hablan de eso en vez del béisbol’‘, apuntó Valdés. “Eso me da tristeza y me pregunto qué ha pasado. El cubano siempre será pelotero de alma, pero se lo han hecho olvidar. Tenemos que sentirnos orgullosos de nuestros representantes en Grandes Ligas, pero si no los ponen en televisión, si no se habla de ellos, entonces eso está mal’‘.
(Tomado del Nuevo Herald)
1 comentario
Gracias profesor por su opinión,