Una de las grandes historias de peloteros cubanos en Ligas Menores en los últimos años ha sido la evolución de Miguel Vargas por cada nivel hasta escalar a la MLB. Recordemos que el hijo de Lázaro Vargas ha jugado par de campañas en las Grandes Ligas aunque con números muy discretos en ese entorno para las expectativas que generaba, con un average de apenas .191 en 99 encuentros.
Miguel no se ha rendido a pesar de que, en buena parte por lo anterior, cada día se le resisten más las puertas de un nuevo ascenso con los Dodgers, una franquicia hecha para ganar cada día y levantar el trofeo de la Serie Mundial.
Este 2024 estuvo cerca de integrar el roster para el Día de Apertura en Sudcorea pero finalmente fue enviado a las Ligas Menores. Es así que en 15 encuentros en Triple A acumula average de .302 (53-16), con 12 anotadas, 17 empujadas, cinco dobles, tres batazos de vuelta completa, una almohadilla hurtada en tres intentos, 13 boletos, 17 ponches, .435 de OBP, .566 de slugging y 1001 de OPS.
Miguel Vargas is an interesting hitter, because, when he's going good, he pulls pitches on the outer half a lot, and then inside outs balls on the inner half. And, he's done both of those things in the last couple of games, so things are headed North. #dodgers pic.twitter.com/evmHYqgxky
— Dodgers Daily (@dodger_daily) April 11, 2024
En la Liga de la Costa del Pacífico se ubica primero en juegos jugados (abrazado en ese departamento con tres jugadores), tercero en boletos (igualado con David Hensley, de los Astros y Marco Luciano, de los Gigantes), quinto en carreras impulsadas, sexto en dobles (empatado con otros peloteros) y séptimo en anotadas (igualado con varios jugadores).
A todas luces el habanero está haciendo su tarea para volver a jugar en la MLB pero todo apunta a que los Dodgers ya no lo tienen entre sus prioridades a la hora de promover jugadores, sobre todo luego de que en 2023 le confiaran la posibilidad de ser el camarero titular del elenco y no rindiera a un nivel aceptable.
Quedaría entonces la posibilidad de ser cambiado a un combinado de menores aspiraciones en el año pero que sí le pueda garantizar tener un nueva oportunidad de demostrar su talento en el mejor béisbol del mundo.