La temporada 2024 de los Atléticos marcó el comienzo de un proceso de reconstrucción con la mirada puesta en la meta de formar un equipo competitivo para Las Vegas en 2028. La estrategia principal era impulsar el debut de jóvenes talentos y construir un proyecto que dependiera menos de estrellas consolidadas, y los Atléticos estaban avanzando en ese camino de manera gradual.
Mason Miller emergió como una de las sensaciones de la temporada, junto con Paul Blackburn, dentro del cuerpo de lanzadores de los Atléticos. Aunque se esperaba que Miller fuera el as de la rotación, su adaptación como taponero ha revelado su verdadero potencial en las Grandes Ligas. Su velocidad, una de las más impresionantes de la liga, ha sido clave en su nuevo rol. En seis apariciones esta temporada, ha tenido la oportunidad de asegurar el salvamento en tres ocasiones, logrando un impresionante 100% de efectividad.
Con una recta que supera consistentemente las 100 mph, Miller ha acumulado 15 ponches en apenas 8 entradas lanzadas. En sus últimas cinco actuaciones, no ha permitido carreras y solo ha cedido tres hits, logrando un sobresaliente WHIP de 0.70. Después de lidiar con lesiones en el pasado, la decisión de convertirlo en taponero parece haber sido acertada tanto para el equipo como para el propio jugador.
Miller ha dominado con su poderosa recta y ha añadido control sobre su slider, lo que ha desconcertado a los bateadores. Su recta, con una extensión de 6.6 pulgadas, parece aún más rápida de lo que es, lo que confunde a los oponentes y los hace percibir una velocidad hasta 4 mph mayor que su promedio de 101 mph.
Los Atléticos mantienen el control salarial de Miller hasta el 2026, lo que podría atraer el interés de otros equipos en la fecha límite de cambios. Sin embargo, esto presenta una oportunidad para los Atléticos de adquirir prospectos prometedores con varios años de control salarial a cambio de Miller, si continúa demostrando su alto nivel de juego.