Por Aliet Arzola
He estado al pie de los diamantes cubanos durante los últimos ocho años y, en todo ese tiempo, no he visto un jugador joven tan dominante como Luis Robert Moirán, quien busca encaminarse en el béisbol profesional de Estados Unidos tras firmar en mayo del 2017 el segundo bono más alto para un agente libre internacional.
Mis presentimientos respecto al jardinero avileño al parecer no eran tan descabellados, pues a sus 21 años ha sido valorado como el cuarto prospecto de las Medias Blancas de Chicago (según MLB Pipeline), y el número 44 entre todas las promesas de las Grandes Ligas.
Recuerdo como si fuera hoy el día en que conocí sobre su salida de la Isla. A finales del 2016, estaba en el parque holguinero Calixto García, donde pregunté al mentor de los Tigres, Roger Machado, por el estado de Luis Robert (quien se recuperaba de una lesión) y, con cierta decepción, me confesó que había tomado un vuelo con rumbo desconocido.
En ese justo momento, confieso, tampoco me sentí bien, porque sabía la clase de pelotero que perdía Cuba en un año ya de por sí muy traumático, luego del escape de los hermanos Gurriel (Yulieski y Lourdes Jr.) en República Dominicana.
Con el tiempo, las sensaciones cambiaron, como usualmente sucede con todos los jugadores que deciden ir a probar suerte a otros lares: duele no poder verlos nuevamente en vivo, pero siempre se les desea la mejor de las suertes representando a Cuba.
La aventura hasta Estados Unidos
Cuando terminaba el invierno del 2017, Luis Robert todavía no había sido declarado agente libre, pero ya tenía residencia en Haití y entrenaba en República Dominicana. Allí formaba parte de la academia Born to Play en complejo deportivo de la Fundación San Judas Tadeo en la provincia de San Cristóbal.
Robert mostró sus habilidades guiado por el preparador Edgar Mercedes, quien también moldeó años antes a Juan Miguel Miranda, Yoennis Céspedes o Yuniesky Maya. Aunque pasó algunos sustos por el retraso de su agencia libre, finalmente llegó a la tierra prometida y fue “pescado” por las Medias Blancas de Chicago.
En pleno proceso de reconstrucción, el plantel de la Ciudad de los Vientos vio en Moirán un arma de lujo de cara al futuro y lo firmaron por un bono de 26 millones de dólares, segunda mayor cantidad pagada por un amateur tras los 31.5 millones que desembolsaron las Medias Rojas por el también antillano Yoan Moncada.
Las motivaciones de Chicago se basaban en el tremendo potencial de Luis Robert y, quizás, en el lujoso precedente que representaba para la organización la firma en el 2014 del también cubano José Abreu.
El ascenso del avileño no ha sido meteórico desde entonces, pero en su primera experiencia en la Liga de Verano de República Dominicana dejó una grata impresión, con 17 anotadas, 14 remolques, 12 bases robadas, 12 extrabases (tres jonrones), 22 boletos, 23 ponches y línea ofensiva de 310/491/536/1 027 en 28 partidos.
Las Medias Blancas ya sabían lo que tenían en sus manos: un jardinero con un bate rápido y potencia en bruto muy encima del promedio, velocidad descomunal que aumentó cuando salió de Cuba, fuerza notable en el brazo y gran rango de cobertura, estos dos últimos detalles importantes para garantizar un puesto en el bosque central o en la esquina derecha.
Obstáculos
No se esperaba que Luis Robert impactara en las Mayores en el 2018, pero había muchas expectativas respecto al desarrollo de sus herramientas y su evolución frente al rigor de una temporada completa en Estados Unidos.
Sin embargo, una torcedura moderada en el ligamento del pulgar de su mano izquierda lo alejó por casi tres meses de los diamantes. “Estaba jugando con mucha confianza y me sentía bien”, dijo poco después de caer en el dique seco.
Además, tuvo que lidiar con el frío, ajustar sus rutinas y sus maneras de hacer las cosas diariamente, y adaptarse en sentido general a un nuevo estilo de vida en Estados Unidos. Afortunadamente, la transición ha sido un poco más llevadera gracias al apoyo de Yoan Moncada y José Abreu, los otros cubanos de la organización.
“Ellos me ayudan con cualquier detalle, me guían en la dirección correcta y me hablan de muchas cosas que han facilitado mi adaptación. En general todos me han apoyado, Omar Vizquel, el resto de los entrenadores y los más experimentados me aconsejan para que sea mejor pelotero”, aseguró el joven a Alan Suriel, del blog Inside the White Sox.
Chris Getz, director de desarrollo de las Medias Blancas, dijo en un video promocional del equipo que, a pesar de las complicaciones que implicaba un cambio de vida tan drástico, Robert se ha aclimatado bien a Estados Unidos y a sus nuevos compañeros.
“Estamos muy emocionados por tenerlo, realmente puede tener un impacto tremendo en el juego. Es muy atlético, corre, tira, batea y defiende”, añadió Getz, quien considera que ya el cubano ha superado el obstáculo que supuso su lesión.
La prueba más clara está en su reciente desempeño en la Arizona Fall League, en la cual tuvo línea de 324/367/432/800, con dos jonrones, diez remolques, 19 anotadas y cinco bases robadas en igual cantidad de intentos durante 18 pleitos.
Luis Robert, el brillo del diamante
Las Medias Blancas de Chicago no ganan una Serie Mundial desde aquel memorable episodio del 2005, cuando Jermaine Dye, José Ariel Contreras, “El Duque” Hernández, Freddy García, Bobby Jenks y Paul Konerko se alinearon para encumbrarse junto al mentor venezolano Ozzie Guillén.
Desde ese año, las Medias Blancas solo han llegado a la postemporada en una ocasión (2008), han registrado nueve campañas con balance negativo (seis de ellas consecutivas) y en este 2018 perdieron 100 partidos por cuarta ocasión en su historia y primera desde 1970.
Cambiar ese panorama es el objetivo de la franquicia, que ha fortalecido sus fincas con piezas de enorme valor como Yoan Moncada, Lucas Giolito, Carlos Rodón, Michael Kopech, Dylan Cease, Blake Rutherford y Eloy Jiménez, tercero en la lista de mejores prospectos de MLB.
Luis Robert es una de las joyas más preciadas de esa corona y como tal lo reconocen figuras de alto calibre. El mítico Jim Thome, miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, ha dicho que el avileño tiene la habilidad atlética y una manera de hacer swing que pueden tener un gran impacto.
“Es un jugador emocionante y creo que va a ser realmente divertido observar su progresión. Tiene un enorme potencial y provoca que todos estemos entusiasmados”, precisó Thome en declaraciones que recoge el blog Inside the White Sox.
Robert no teme a las expectativas. Entiende que ha saltado a un béisbol más organizado, de mayor calidad e intensidad, “en el que siempre hay que jugar a full”. Para triunfar allí, dice, sabe que debe explotar al máximo su agresividad y competitividad.
“Siempre juego fuerte y me gusta ganar. Estoy muy contento de que el equipo me tenga como un pelotero con miras al futuro para ser campeones, eso me da fuerzas para entrenar cada día más duro y ser mejor”.
(Tomado de OnCuba)