En la primera semana de la temporada tuve el privilegio de estar en la serie de Astros vs Medias Blancas de Chicago, en la cual pude ver algo que muy pocas veces aprecias en un club house, armonía, un elemento vital para todo conjunto que aspire a ser exitoso en cualquier deporte colectivo.
A simple vista y una mirada por encima se ve el trabajo que ha realizado el nuevo manager de la organización, Pedro Grifol. El cubano americano ha logrado, junto con la gerencia, crear un buen coctel en su roster de figuras noveles y veteranos que pudiera resultar en quizás una exitosa fórmula de aquí a final de temporada.
Si bien es cierto que los White Sox tienen un bache bien profundo en su bullpen y dependen en demasía de sus abridores, además de la salud de sus estrellas en la nómina. El ambiente y las sensaciones que van dejando en este inicio de temporada son bastante halagadoras para un equipo que si bien hoy no está en los papeles puede dar una que otra grata sorpresa rindiendo más de lo pronosticado.
En una división donde Minnesota y Cleveland parecen estar destinados a pujar por la cima de la Central Americana, los dirigidos por Pedro Grifol en mi opinión tienen la capacidad de colarse en esa porfía si ciertos factores se alinean su favor. Lo positivo es que material humano para trabajar con los bates hay donde escoger, no así en el picheo, pues dependen hasta cierto punto de un milagro salvador para cubrir a su cuerpo de abridores.
Aun es pronto para vaticinar posiciones y predecir una larga temporada que apenas acaba de comenzar. Pero, si de primeras sensaciones se trata, para mi los White Sox van a dar mucho de que hablar.