El lanzador de Granma, Lázaro Blanco, sigue empeñado en honrar su apellido con el pincel en la diestra. Ayer «pintó» seis ceros en la pizarra del Sandino, de Santa Clara, y dejó otra argolla a punto de cerrarse, con lo que concretó su décima victoria de la Serie, tres de ellas por la vía de las lechadas.
Al bate, sus compañeros pisaron ocho veces la goma y se impusieron en la subserie a los Naranjas de Villa Clara. Un triple de Wilfredo Sánchez (así mismo, como usted lo lee, igual que el matancero) empujó dos carreras en el tercer inning que hubiesen bastado, porque Lázaro salió ileso de todas las emboscadas que le tendieron, ayudado por una defensa que ya no sorprende; es la mejor del campeonato.
Si en la edición pasada elogiamos a Dennis Laza, que antes de esta temporada siempre fue refuerzo de Pinar del Río, les cuento que las dos veces que Blanco ha tenido que «mudarse» de equipo se ha ido a vivir al pantano de los Cocodrilos, y tan bien le ha ido allí que todavía es líder en juegos ganados entre los pitchers «fichados», con 15 éxitos.
De acuerdo con el archivo de nuestro estadístico, Benigno Daquinta, un triunfo menos tiene el espirituano Ismel Jiménez, sumando lo que aportó cuando se vistió de Naranja y de Tigre.
Pero al as de los Gallos le resultará imposible, por ahora, incrementar la cuenta, pues no está en la Serie por una lesión. En diálogo con el colega espirituano Randy Vasconcelos, JR supo que Ismel «sigue entrenando, mejora por días, su movilidad en el brazo aumenta y está muy enfocado en regresar muy pronto a la pelota, pero solo cuando esté apto». Sin dudas, una grata noticia.
Este martes, los Cocodrilos de Matanzas también aseguraron su cotejo contra los Toros camagüeyanos, en un duelo que concluyó 4-3, y en el cual Yurisbel Gracial disparó un bambinazo.