En el año 2013 Yasiel Puig irrumpió con fuerza en el béisbol de Grandes Ligas y rápidamente se convirtió en el rostro de los Dodgers de Los Ángeles. En ese contexto la franquicia decidió apostar con fuerza por sumar nuevos talentos del mercado cubano con la esperanza puesta en que sus resultados aportaran más brillo a una laureada escuadra.
Así llegó otro sureño, Erisbel Arruebarruena en febrero del 2014 por un pacto de cinco años y 25 millones. Tras un efímero accionar en MLB transitó durante cuatro campañas en las Menores donde, entre problemas de salud y de disciplina, dejó deudas en su aval. Por ese tiempo arribó el tunero Alexander Guerrero, firmado por cuatro años y 28 millones. El otrora torpedero de los Leñadores tuvo momentos favorables, incluso fue premiado como el Novato del Mes de la Liga Nacional en abril del 2015, pero las dificultades para ver acción de forma estable en la alineación condicionaron que sus estadísticas finales fueran discretas.
En noviembre del 2015 llegó el capitalino Yusniel Díaz, avalado por un estreno relevante en nuestras Series Nacionales. En Ligas Menores cumplió con lo esperado en cada momento, incluso sobresalió en el Juego de las Futuras Estrellas del 2018 pero poco después fue cambiado hacia los Orioles para permitir la llegada del dominicano Manny Machado. Al mismo tiempo que el “Yupi” fue contratado un prometedor yumurino, Omar Estévez. El muchacho estuvo seis años en las sucursales angelinas pero nunca se vio cerca de lograr el añorado ascenso, finalizando con un average global de apenas 254 y casi un ponche por juego.
Tal vez el caso más llamativo sea el del indómito Héctor Olivera. Firmó en marzo del 2015 por seis años y 62.5 millones, una cifra considerable para un jugador que arrastraba un buen período de inactividad y lesiones recientes. Transitó por las Menores con un rápido avance pero al cierre de julio fue cambiado para los Bravos de Atlanta, conjunto donde iniciaría y cerraría en menos de un año su carrera en Grandes Ligas.
También en el box hubo sus firmas llamativas que a la postre quedaron lejos de lo esperado. Como muestra recordemos al matancero Yadier Álvarez (pasó de ser uno de los mejores prospectos internacionales de su clase a una eterna promesa que nunca fructificó) y los holguineros Pablo Millán Fernández (su progresión se vio frenada por las lesiones) y Yaisel Sierra (nunca pudo demostrar su calidad, entre lesiones y altibajos sobre el terreno).
Incluso faltó visión futura para un conjunto que tal vez hoy pudiera presumir de contar con un bateador como Yordan Álvarez, al cual cambiaron rumbo a los Astros cuando hacía pocos meses que lo habían firmado, en el 2016. Los Dodgers de Cuba, como muchos los vimos entre 2014 y 2016, hicieron que aumentara nuestro seguimiento a ese plantel y con ello el sueño de ver tantas figuras vistiendo la franela azul y blanca en la cima del béisbol. La realidad fue otra, con salarios que no se vieron justificados sobre el diamante y jugadores que nunca dieron el salto anhelado.