Por Jorge Ebro
Lo inevitable fue anunciado este jueves: la temporada del 2019 terminó para de manera oficial para Yoenis Céspedes. El cubano fue sometido a una extensa cirugía para reparar varias fracturas del tobillo derecho que no presagiaban nada bueno para su carrera.
Mucho se ha especulado sobre la “violenta caída’’ en un agujero el pasado sábado mientras se encontraba en su rancho, aunque los Mets aseguran que la fractura no tiene relación alguna con montar a caballo o cualquier otra actividad ajena al béisbol.
En la prensa de Nueva York se ha comentado, además, sobre las opciones del equipo de Nueva York para recuperar lo que resta del contrato de $110 millones del cubano, si es que deciden recorrer esa avenida que pondría punto final a la relación con el jardinero.
Supuestamente, Céspedes debería estar listo para el día inaugural de la temporada 2020, pero el equipo se abstuvo de ofrecer algún tipo de calendario para el regreso del hombre más importante de su ofensiva.
Sin que se dieran muchos detalles, se sabe al menos que Céspedes experimentó la fractura en el tobillo derecho el sábado en su rancho de Port St. Lucie, un día después de haber dado muestras considerables de avance en Miami, al participar en una práctica de bateo a cielo abierto.
Mucho antes de esta fractura, el regreso de Céspedes era ya un enigma. Ni los propios Mets se atrevían a especular sobre una posible fecha de retorno para el jardinero cubano, que había sido transferido a la lista de lesionados de 60 días y sacado del roster de 40 peloteros.
Las dos operaciones en los talones fueron el último retroceso de Céspedes, quien había perdido tiempo de juego en el 2018 debido a problemas en la cadera, quizá debido a sus dificultades para caminar.
De hecho, Céspedes había perdido considerable tiempo de juego en las pasadas dos temporadas, lo cual le llevó a modificar sus sistemas de entrenamiento y preparación, recurriendo incluso al yoga y bajando las cargas de pesas.
Después de ocho temporadas con Granma, Céspedes era una de las estrellas de la selección nacional cubana cuando salió vía marítima rumbo a la República Dominicana en el 2011 antes de firmar un contrato en febrero del 2012 por cuatro temporadas y $36 millones con los Atléticos de Oakland.
En siete temporadas de Mayores, el cubano batea para .274 con 163 cuadrangulares y 524 impulsadas, además de un OPS de .821.