Por Jorge Ebro
Orlando Cepeda no tiene la menor idea de qué hubiera sido de su vida sin el béisbol. Pero todo el mundo sabe lo que ha sucedido con el inmortal de Puerto Rico desde que su padre le lanzara una pelota en Ponce, a principios de los años 40 del siglo pasado.
Peruchín está muy cercano a cumplir los 80, pero la edad no será problema para hacer malestas y venir a Miami como parte de la embajada de miembros del Salón de la Fama al Juego de las Estrellas del 11 de julio.
«Miami y Nueva York son las ciudades con más sabor latino para vivir y jugar al béisbol en los Estados Unidos», afirmó el ilustre boricua con 17 temporadas de Grandes Ligas. «Esos días en Miami no me los voy a perder por nada del mundo. Nada más me dieron la noticia me sentí más joven».
Junto a Juan Marichal y Tany Pérez, Cepeda será uno de esos pilares del juego que estará presente en el FanFest con sede en el Centro de Convenciones de Miami Beach entre el 7 y el 11 de julio, además de muchos otros eventos asociados con los días de la pausa estelar.
Una de las figuras más reverenciadas de todos los tiempos, Cepeda vive por estos días en San Francisco, donde de cuando en cuando puede ver su estatua en las afueras del parque de los Gigantes, como prueba imborrable de su grandeza.
Su trayectoria humana no ha estado exenta de problemas, pero su figura majestuosa sigue siendo un punto de referencia y orgullo para los latinos que han unido sus destinos al béisbol.
«Al final de todo no puedo quejarme y todo gracias al béisbol que ha sido mi tabla de salvación», afirmó vía telefónica. «Así que si me piden servir de embajador en Miami, saben que conmigo pueden contar. Ya no veo la hora de saludar a los fanáticos de esa ciudad. Un Juego de las Estrellas deja recuerdos para siempre».
El FanFest comprenderá un área principal llamada «El Diamante» donde se efectuarán clínica diarias por parte de figuras de renombre, la firma de autógrafos, una exhibición del Salón de la Fama, otra relacionada con las Ligas Negras y una zona dedicada a los héroes locales donde se destacará la historia del béisbol en el sur de la Florida.
Sin duda, el gigante de Puerto Rico -exaltado en 1999 a Cooperstown, donde también están sus compatriotas Roberto Clemente e Iván Rodríguez- será una torre que no pasará inadvertida para los aficionados.
«He asistido a 11 Juegos de Estrellas como pelotero y otra gran cantidad como embajador, pero siento que el de Miami será especial», recalcó Cepeda. «El béisbol es parte del latino, está en su sangre y Miami es sinónimo de pasión, de esos que nos define como gente alegre, como el juego mismo».