El granmense Lázaro Blanco resultó durante varios años el lanzador de cabecera en la selección cubana y pieza clave en los primeros títulos de los Alazanes de Granma. En el año 2021, al finalizar el Preolímpico celebrado en los Estados Unidos, decidió poner fin a esa etapa y adentrarse en una vida con mejores garantías para su futuro.
Nada aseguraba entonces que fuera a mantenerse activo sobre el terreno de béisbol pero lo ha conseguido, aunque no con el dominio exhibido previamente.
Su estreno en este nuevo comienzo fue en la Liga Dominicana con las Estrellas Orientales, una temporada 2022-2023 donde no mostró sus mejores números, con una elevada efectividad de 5.40 y que cerró prematuramente, tras ser golpeado por una pelota que salió del bate del tunero Henry Urrutia y le ocasionó múltiples fracturas en el rostro. Recuperado de este accidental suceso se subió al box en el 2023 con los Bravos de León, de la Liga Mexicana veraniega.
Sus resultados allí fueron aceptables atendiendo a lo señalado previamente, pero sin llegar a la excelencia. En 14 aperturas sumó récord adverso de 1-3, con PCL de 4.42 en 71.1 innings, WHIP de 1.47 y casi la misma cifra de ponches (42) y boletos (40). La siguiente parada fueron los circuitos invernales del Caribe. Inició en el propio México con los Venados de Mazatlán y una dura realidad manifestada en marca de 1-4, PCL de 5.63 a lo largo de 48 capítulos y un WHIP de 1.48.
Ante tal panorama optó por cambiar de escenario, llegando a Venezuela en el tramo final de la contienda. Allí lo hizo mejor con los Leones del Caracas, tanto en el cierre del calendario regular como en el Round Robin. Para este 2024 tenía contrato con vistas a repetir su presencia en los Bravos de León, pero, inesperadamente, a inicios de febrero dicho conjunto le dio baja de su roster. Queda por ver entonces si logra pactar con otro equipo de esta liga o emprende nuevos horizontes beisboleros. A sus casi 38 años el serpentinero de Yara se resiste a rendirse y seguramente buscará volver a exhibir la estabilidad en su accionar que le ganó los aplausos de la afición cubana y un poco más allá.