Por Jorge A. Rodríguez
Siguiendo los pasos de Arsenio Lupin, famoso ladrón de guante blanco que aparece en las novelas del escritor francés Maurice Leblanc, Enrique Esteban Días Martínez (Enriquito), se dedicó a robar durante toda su carrera deportiva.
Tantas bases estafó en un terreno de béisbol que, aseguran los entendidos, necesitó más de un almacén para esconder su preciado botín.
Quizás, el ser tan buen cleptómano -porque pocas veces lo atraparon- fue el motivo por el que tuvo tan pocas actuaciones en los equipos grandes (hecho considerado uno de los mayores desafueros de nuestra pelota).
Y caro estamos pagando nuestra insolencia (entiéndase “nuestra” como de “ellos”) pues, desde mucho antes de su retiro, no se ha encontrado otro primer madero con su calidad.
Pero el motivo por el que hago alusión al número “Uno” de los equipos capitalinos, no es por otra hazaña dentro del diamante. Hace solo unos días, se presentó la segunda edición del libro El hombre récord de la pelota cubana, en el Pabellón Cuba, donde se recoge su prolífica carrera; motivo que resultó un perfecto pie forzado para conversar con la «Bala de Centro Habana».
¿Sobre qué versa este texto?
-Este libro trata sobre todos los récord que implanté en mi carrera deportiva, pero lo importante es que abarca todo lo que hay detrás de estas marcas.
“Habla de béisbol en general, no solo se remite a los jugadores, sino que hace reconocimiento a todas esas personas que tienen que ver con esta pasión. Mis entrenadores, como José Luis Boss (mi primer preparador); amigos que me ayudaron en los momentos difíciles, entre otros que harían la lista muy grande para un solo periódico”.
“Todo lo que me rodea aparece en estas líneas. La familia, sin la cual no hubiese podido lograr nada de lo que tuve. De modo especial mis padres, pues sin su educación Enriquito no fuese lo que es hoy”.
¿Qué diferencias presenta con respecto a la primera tirada?
-En esta tirada se habla de un episodio de un gran amigo mío: Luis Felipe Días, un gran lanzador quien, el día que se da a conocer la primera edición, falleció de forma repentina. Por lo que los autores y yo decidimos incluirlo en esta recopilación, como homenaje al amor que sintió por el deporte y su Metropolitanos (en paz descansen).
¿Cuántos ejemplares fueron impresos y dónde se puede adquirir?
-Bueno, por suerte se pudo lograr una mayor tirada, pues en la primera entrega solo pudieron salir a la luz 500 libros. En esta oportunidad se lograron 6000 copias, lo que dará una mayor posibilidad al público de tener esta recopilación.
“Podrán comprarlo durante la Feria del Libro y luego en todas las librerías del país”.
Salgamos un momento de el tema en cuestión, háblanos un poco de la función del primer bate en la actualidad, ¿deficiencias?
-Como todo en la vida, las cosas cambian. A mi me enseñaron que un primer bate debía exprimir al lanzador, tenía que saber tocar y robar bases. En resumen era un hombre sacrificado. Yo jugué así. Actualmente nada de esto yo lo veo en un primer bate.
¿Qué se encuentra haciendo ahora Enriquito?
-Ahora estoy en el área de referencia de la Ciudad Deportiva con muchachos del sub 15 y sub 18. Además sigo de analista en el Canal Habana. En las dos funciones estoy tratando de retribuir un poco de lo que me dio este pasatiempo.
Para concluir, ¿cómo se puede llegar a recuperar las principales armas de un hombre proa?
-Se debe hacer un trabajo desde las escuelas para mejorar estas deficiencias. Pero también, acabar con el championismo que tanto daño le hace.
“Pero más que un hombre proa, para volver a tener una calidad en nuestro béisbol se debe crear una conciencia hacia lo que se hace; eso nos dará atletas que se sacrifiquen en pos del equipo y no en busca de un resultado personal. Tienen que tener un compromiso de representar a la sociedad, esa que va a ir a los estadios y corear tu nombre”.
“Y como me han enseñando desde chico se tienen que entregar al deporte a cambio de nada. Esa fue siempre mi mejor moneda.