
La pelota que bateó el slugger holguinero Michel Gorguet se perdió en la noche holguinera, y de inmediato la euforia se desató en los dominios de los Cachorros, impetuosos con cuatro carreras en el mismo primer inning del segundo duelo de comodines contra Isla de la Juventud.
Pero el guion que marcaba este inicio nunca se concretó, porque los Piratas dieron un giro absoluto al pleito para dejar tendidos a los orientales, sin capacidad de respuesta ante el arsenal que montaron en un santiamén los pupilos de Jorge Luis Rodríguez Pantoja, manager que ha tenido el privilegio de comandar equipos con un puñado de vidas extras en el bolsillo.
Todos recordamos la asombrosa escalada de hace dos años frente a Matanzas y Ciego de Ávila para lograr el subtítulo nacional, o su papel de verdugo contra Industriales, ya sea en su feudo del Cristóbal Labra o en el mismísimo Latinoamericano. Los pineros no creen en nombres, y justo cuando la mayoría apuesta por descartarlos, ellos se levantan, literalmente de la nada.
Tradicionalmente hemos dicho que bajan las revoluciones cuando juegan lejos de su cuartel general. En efecto, durante la presente contienda ganaron solo siete partidos de 21 en la carretera, pero a la hora de la verdad, en el choque que no podían perder frente a los Cachorros holguineros, dieron la cara con una impresionante ofensiva en el tercio conclusivo del pleito.
Luego de una primera entrada nefasta en la que parecía que el abridor Yunier Gamboa explotaría, el zurdo enderezó el rumbo y silenció por completo a la tanda oriental, paso clave de cara a la remontada. Los bates Piratas comenzaron a despertar, descontaron a cuentagotas y casi empatan en el sexto, pero un mal corrido justo de un corredor emergente, el novato Eliseo Rojas, le negó la posibilidad del abrazo.
No obstante, lo mejor estaba por venir, y llegó en un momento impensado. Con dos outs en la pizarra y el bateador Dainier Gálvez también en dos strikes, el lanzador Luis Ángel Gómez le sirvió un pitcheo noble que conectó de sólido jit al izquierdo. A partir de ese momento, siete toleteros de La Isla desfilaron por el plato y entre todos fabricaron siete anotaciones.
El joven Eliseo Rojas, quien cargaba las culpas por su pésimo corrido de bases, se desquitó con doble, triple y cuatro remolques, mientras Gálvez y el incombustible Rigoberto Gómez largaban nueve cohetes entre ambos, con cuatro anotadas, reflejo del auténtico calvario que vivieron los holguineros en una de las noches más tortuosas de su historia beisbolera.
Este viernes se definirá todo, de nuevo en el estadio Calixto García, el que esperamos ver otra vez repleto, de esquina a esquina. Quienes se animen serán testigos del avance del último equipo a la segunda ronda de la 56 Serie Nacional, en la cual ya aguardan Matanzas, Ciego de Ávila, Villa Clara, Granma y Camagüey.