Por Boris Luis Cabrera
Mucho se ha hablado en estos días sobre el reforzado cuerpo de lanzadores de los Leones capitalinos. Los vegueros pinareños Erlys Casanova, Frank Luis Medina y Vladimir Baños han guardado su verde chamarreta en casa hasta la próxima temporada y se han puesto la pesada camiseta azul para defender a sus vecinos rivales.
De un golpe el mentor Rey Vicente Anglada ha intentado suturar heridas abiertas para poder enfrentar los duros combates que se avecinan en esta siguiente fase del campeonato. Un trío de mosqueteros con varias temporadas de experiencia en estas lides (todos tienen más de 30 años de edad), abridores y provenientes de un mismo conjunto, parece a todas luces una excelente estrategia de selección.
Un total de nueve serpentineros a lo largo de los primeros 45 encuentros se subieron al montículo para iniciar partidos por la tropa industrialista y como promedio solo avanzaron 3.08 capítu-los, dejando en manos de un maltrecho cuerpo de relevistas la mayoría de las definiciones. Ahora, con la llegada de estos refuerzos, algunos de ellos podrán dedicarse exclusivamente a labores de apagafuegos, con grandes probabilidades de mejorar los números rojos (4.88 PCL, 1.59 WHIP, 292 AVE).
Pero, ¿existen garantías que estos recién llegados puedan cumplir con éxito sus funciones? Frank Luis Medina trae las mejores credenciales envuelto en una temporada de ensueños. Sus 1.64 carreras limpias permitidas por juego (55 EL, 10 CL) sumado a un bajo average rival de 246 (203-50), así lo demuestran. Sin embargo, a pesar de la probada calidad de los otros dos escogidos, ciertas dudas vagan como fantasmas en la mente de muchos aficionados. Erlys Casanova, desde que se incorporó a su tropa occidental, ha iniciado tres partidos con pésimos resultados. Un escandaloso promedio de limpias de 8.53 (12 en 12.2) y los 19 imparables aceptados en 55 turnos oficiales al plato (345 AVE), hacen fruncir el ceño a no pocos entendidos. Por otra parte Vladimir Baños, sin actuación en esta primera etapa por lesión, pasó por la alfombra roja que lo lleva al estadio Latinoamericano bajo una lluvia de aplausos, pero deja sumidos en una incertidumbre a los más escépticos.
Ya se escucharon los primeros sonidos huecos de los bates y rodaron las primeras pelotas por el césped, nuestra misión es confiar en el instinto del “Rey”, y darle nuestro apoyo incondicional. Nos vemos en el estadio.