Desde que abrió sus turbinas en su pista avileña del José R. Cepero el pasado domingo, la nave de los actuales campeones era una tromba beisbolera
Autor: Oscar Sánchez Serra
Desde que abrió sus turbinas en su pista avileña del José R. Cepero el pasado domingo, la nave de los actuales campeones era una tromba beisbolera, a la cual no había quien le pusiera freno y ayer, culminó su aterrizaje en suelo finalista para redondear una soberana pollona de cuatro victorias sin reveses. Industriales, como se dice en el argot, guapeó, pero fue incapaz de detener al que a nuestro juicio es hoy el elenco más completo de la pelota cubana.
Ciego de Ávila jugó sin apuros, calculó y se apoyó en la ventaja de tres partidos ganados y el estrés del rival, sometido al todo o nada. Fue así que su alto mando le dio más tiempo a su abridor, Alberto Bicet, del que se puede admitir en una semifinal recibiendo un despiadado castigo en la cuarta entrada, que le permitió a la escuadra azul meterse en el choque, al ligar por primera vez en el play off, tres jits o más, y pisar el home, también por primera vez, con más de una anotación, para llevar al marcador 5-3.
En la sexta vino el relevo de los Tigres, un inefectivo Leoribel Sánchez, pero el timonel visitante corrigió a tiempo y subió al diestro Yander Guevara, quien sacó los tres outs, aunque el contrario pisó una vez más la goma por elevado de sacrificio del emergente Juan C. Torriente. Y desde el séptimo, con el juego por la mínima, el supersónico Yunier Cano se encaramó en la trinchera de los monarcas para cortarle el agua y la luz a los parciales capitalinos que no dejaron de apoyar a los suyos.
Mientras, Noelvis Entenza venía realizando un intenso y tenso rescate desde el tercer inning, pues nuevamente el encargado de las primeras aperturas azules, Frank Montieth, salió apabullado en dos y un tercio por el ataque de cinco incogibles, cuatro de ellos extrabases (dos dobles y dos jonrones) de los furiosos bates de los campeones.
Como una de ventaja era muy poco en patio ajeno, el tigre volvió a atacar, dos jits, un boleto y enorme elevado hasta los 380 pies de Raúl González, le dieron la tranquilidad. Volvieron atacar en el noveno, llenaron de felinos las esquinas, mas fueron atrapados en la trampa del cuadro cerrado de los adversarios. Sin embargo, ellos también habían tendido la suya, ya tenían las rectas de Cano para embrujar a la ofensiva rival, y regalarle al jefe de la manada, Roger Machado, una victoria contundente, justo en el día de su cumpleaños 42, y cerrar el Latino hasta la 56 Serie Nacional.
CON LOS MENTORES
“Primero, felicitar a Ciego de Ávila por el excelente trabajo, fueron muy superiores en todo, ofensiva, pitcheo y defensa, jugaron casi perfecto”, expresó Javier Méndez, a quien le preguntamos por esta su primera experiencia como director.
“Es algo incomparable, ahora entiendo bien a quienes me dirigieron, a los que me precedieron, a los que respeto muchísimo. Es muy difícil esta labor. Sabía que era así, pero de verdad ni me lo imaginaba”. ¿Seguir con Industriales? “Es mi anhelo”. ¿Cómo se disfruta más el béisbol de jugador o…? “De jugador, de manager sufres mucho, te enfermas, yo soy un hipertenso tremendo y me ha pasado factura esta misión”.
Explicó que ha sido una temporada compleja, en la cual se puso en peligro hasta la clasificación a semifinales, “pasamos por pérdida de peloteros muy importantes, pero supimos llegar, hay que buscar ahora la manera de armar un equipo. La comisión provincial tiene su estrategia, pero es vital recomponernos. Ahora no teníamos ni cambio, lo mismo de corredor o bateador”.
Roger Machado nos pidió felicitar a la afición de la capital por su trato con los avileños y dijo que manejó el partido basado en la ventaja que “ya teníamos en la serie y en el propio juego. Sin embargo, es lo que nos habíamos trazado antes de este cuarto encuentro”. Dijo que le da lo mismo Matanzas que Pinar del Río en la final, a quienes les deseó suerte.
Y el hombre que había fallado más de 30 turnos en juegos de play off, anoche se despidió del Latino de 4-4. “Tenía muchos deseos de batear y el profesor Roger me dio otra vez la confianza y salieron las conexiones”, dijo Guillermo Avilés, quien agregó “espero ser campeón nacional por primera vez con este gran conjunto”. Sobre esto Yorbis Borroto afirmó que Ciego es ya un equipo a derrotar, “sí creo, como usted dice, que estamos en la Era del Tigre”.