El comienzo de temporada para los Astros de Houston ha quedado lejos de lo esperado y anhelado por sus seguidores. Esa dura realidad volvió a confirmarse este miércoles, cuando volvieron a ceder ante los Reales de Kansas City, ahora con desproporcionada diferencia de 2-11, en el Kauffman Stadium.
La representación cubana en el duelo no firmó actuaciones sobresalientes esta vez, en especial Yordan Álvarez, en apacible noche donde ligó de 3-1. Los honores en este sentido corrieron ahora para José Abreu, que se marchó de 3-0, con un ponche, pero gracias a un elevado de sacrificio remolcó, por fin, su primera carrera empujada del año.
Por el bando de los vencedores nuevamente Dairon Blanco volvió a entrar como suplente en el desafío, fallando en su única vez al bate.
La victoria de Kansas se certificó desde la misma tercera entrada, cuando fabricaron racimo de siete carreras, demasiado para un conjunto de Houston que aún no acaba de engranar la maquinaria acorde a lo proyectado. Los siderales hicieron un amago de entrar en el juego con dos carreras abriendo el cuarto capítulo pero luego sufrieron un cero tras otro.
La victoria correspondió a Seth Lugo (2-0) quien supo diseminar los siete hits recibidos en las seis entradas de labor, con par de ponches y similar cantidad de boletos. Sus relevistas, Angel Zerpa, Jordan Lyles y Matt Sauer no permitieron libertades.
Lo contrario ocurrió con el abridor de los Astros, Spencer Arrighetti, que cargó con el revés y firmó un amargo debut en la MLB, pues también toleró siete incogibles pero en apenas tres episodios, con siete carreras limpias a su historial, tres chocolates y similar cantidad de pasaportes gratis.
El gran héroe a la ofensiva en el duelo fue el inicialista de Kansas, Vinnie Pasquantino, de 3-3, con par de anotadas, doble, jonrón y cinco empujadas. Por Houston lo mejor corrió a cargo del dominicano Yainer Díaz, de 3-2, con doble y remolcada.
Tras los trece primeros juegos del calendario, hace un año Houston tenía balance de 6-7. Ahora la cosecha es menor, con 4-9 y el frío sótano de la División Oeste de la Liga Americana a su cuenta.