Por Nathalie Alonso
WASHINGTON — La primera vez que José Abreu fue seleccionado para un Juego de Estrellas, en el 2014, el inicialista cubano de los Medias Blancas se encontraba en su campaña de novato en Grandes Ligas luego de disputar 10 temporadas en la Serie Nacional de Cuba. En aquella ocasión, fue elegido como reserva.
Este año, Abreu fue convocado al Clásico de Media Temporada por segunda vez, pero fue titular por la Liga Americana gracias al apoyo que recibió en el voto de los fanáticos.
Abreu, de 31 años de edad, es uno de dos cubanos seleccionados para el Juego de Estrellas este año. El otro fue el cerrador de los Yankees, Aroldis Chapman.
Desde que arribó a la Gran Carpa, Abreu ha sido un modelo de consistencia. En sus primeras cuatro campañas como ligamayorista, promedió 31 jonrones y 102 remolcadas al año. Esta temporada, el oriundo de Cienfuegos batea .253 con 12 cuadrangulares y 52 carreras producidas.
«Trabajo, día a día», dijo Abreu. «Soy una persona eternamente inconforme con el trabajo día a día. Me gusta trabajar conscientemente. Eso es la gran primicia que tengo de esa consistencia en mi carrera».
Dado que los Medias Blancas se encuentran en medio de una reconstrucción, se ha hablado de la posibilidad de que Abreu, quien está bajo control contractual del equipo hasta que concluya la campaña del 2019, sea cambiado. Pero pase lo que pase, Abreu agradece lo que la novena del norte de Chicago ha hecho por él.
«La organización de los White Sox me ha apoyado al 100 por ciento», dijo Abreu.
«Las personas que trabajan con nosotros siempre han buscado la manera de ayudarme. El hitting coach y los otros siempre han buscado la manera desde que llegué de que yo entienda el béisbol de la mejor manera y los ajustes que debo hacer para tener buenos resultados».
En sus 10 campañas en la Serie Nacional de Cuba, Abreu bateó .341 con 178 bambinazos y un OPS (porcentaje de embasarse más slugging) de 1.078. Al igual que otros de sus compatriotas en la Gran Carpa ahora mismo, Abreu ha demostrado que es posible hacer la transición de la pelota cubana a Grandes Ligas.
«Los [cubanos] que vienen pueden hacer lo mismo, lo único [es] que tienen que enfocarse 100 por ciento y creer que sí pueden hacer las cosas», expresó Abreu.