Por Scott Merkin
CHICAGO — El cubano José Abreu no firmó para sumarse a un equipo perdedor cuando acordó con los White Sox como agente libre el 29 de octubre del 2013. Tampoco tenía planes, cuando comenzó esta temporada, de que la novena amaneciese el domingo con marca de 9-27, el peor registro de todo el béisbol.
Pero el veterano primera base entiende completamente el proceso de reconstrucción, y más importante aún, sabe que tiene un rol clave en el mismo y le gustaría estar con el equipo cuando las cosas cambien para mejor.
«Por supuesto, no hay ninguna duda de eso», dijo Abreu sobre sus ganas de quedarse en Chicago. «Mi mamá y mi papá siempre me enseñaron a ser agradecido y yo estoy muy agradecido con esta organización por todas las cosas que han hecho por mí y todas las oportunidades que me han dado».
«Yo espero que con el favor de Dios pueda terminar mi carrera aquí. Me gustaría quedarme aquí todo lo que pueda como jugar de pelota».
Abreu, de 31 años, ha producido cuatro temporadas consecutivas con al menos .290 de promedio, 25 jonrones, 100 empujadas y .820 de OPS. Todavía no ha tomado el paso ofensivamente en el 2018, pero sin contar el juego del domingo ante los Cachorros estaba bateando .285 con siete jonrones y 21 empujadas.
Como se ha mencionado ya muchas veces en el pasado, el valor de Abreu para los White Sox sigue yendo mucho más allá de los números. Es un mentor dentro y fuera del terreno, responsabilidades que ciertamente no son cuantificables en esta época en la que todo se mide. Pero es una cualidad que valoran mucho en los White Sox.
«José ha sido una influencia muy positiva en el desarrollo de algunos de estos muchachos», explicó el vicepresidente ejecutivo de los White Sox, Ken Williams. «Es como tener otro coach. Es una gran persona. Espero que de verdad escuche y entienda lo que pensamos de él».
Yo sé lo que tengo que hacer, y sé lo que ellos necesitan que yo haga para poder mover a este equipo hacia adelante en este proceso», acotó Abreu. «Me gusta ese rol. No es algo difícil para mí .Es algo que se me da naturalmente, y estoy muy contento de que el equipo pueda verme como ese tipo de persona».
Con Abreu bajo control de la novena para esta temporada y la del 2019, no hay apuro para tomar una decisión sobre si van a extender el contrato del primera base. Abreu también entiende el lado del negocio del béisbol, incluso si eso significa que empiece a verse envuelto en rumores de cambio durante el verano.
«Yo estoy enfocado en venir aquí todos los días y ayudar a estos muchachos a mejorar y a este equipo a ganar juegos», dijo Abreu. «Pero lo que vaya a pasar fuera del terreno, no lo sé. Yo no controlo eso. Lo único que puedo controlar es jugar duro y dar el 100% en el terreno».
«Todos sabemos que tenemos mucho potencial en esta organización, incluso aquí en el equipo de Grandes Ligas, pero va a tomar tiempo. Tenemos que ser pacientes».