Por Michel Contreras
En su etapa como manager en los campeonatos domésticos, Iday Abreu probó ser uno de los pocos hombres lúcidos en los dugouts de la improvisación y los conceptos superados. Tenía criterio propio, lo imponía desde la trinchera del sentido común, y fue de su mano que Cienfuegos –el usualmente sotanero Cienfuegos- ganó un bronce que brillaba como oro.
Parecía (me parecía, mejor dicho) destinado al team Cuba. Sin embargo, al poco tiempo desapareció de escena, víctima de la vieja costumbre insular de valorar menos la capacidad de hacer que la de aparentar. Así, entronizado el absurdo, un mentor de garantías pasó a interpretar roles secundarios en la película del béisbol nacional.
Pero la gente sabe de pelota, y he aquí que la fanaticada cienfueguera lo reclama. Los Elefantes han retornado a la zona triste de la clasificación, y es criterio casi unánime que el indicado para sacarlos del atolladero es, justamente, Iday Abreu.
Si tanto te aclaman en tu tierra, ¿por qué no has regresado al timón del equipo?
-A mí nadie me ha dado explicaciones al respecto. He escuchado muchas opiniones favorables en la calle, pero yo trato de no participar en ningún tipo de comentario. Sencillamente, me he enfocado en mi trabajo como metodólogo del municipio Cruces.
Me parece que te queda pequeña esa función…
-Habría que ver qué piensan otras personas. En la provincia decidieron sustituirme después de la Serie 53, cuando no se clasificó. Es verdad que el año antes habíamos sido semifinalistas, pero de una temporada para la otra perdimos a peloteros como Pito Abreu, Erisbel Arruebarrena y Norberto González, entre otros. Nos quedamos desmantelados.
¿En qué línea se concentra tu trabajo actualmente?
-He trabajado bastante en la superación de los técnicos del municipio, e inclusive de los de otros territorios. Además, desde hace un tiempo dirijo el equipo de Cruces en el Campeonato Provincial, y ya hemos llegado hasta el tercer lugar.
¿No crees que estás siendo desaprovechado?
-Eso no depende de uno. Por mi parte, nunca me he desligado del béisbol, ni he parado de estudiar y superarme
¿Qué opinión te merecen los managers cubanos de hoy?
-Creo que acá el camino para llegar a dirigir en la Serie Nacional es demasiado simple, por decirlo de alguna manera. Me parece que debe haber un escalonamiento que garantice que esos técnicos lleguen con más preparación al campeonato. En Grandes Ligas los directores rotan por diferentes niveles, y pasan por diversos puestos como coach de primera, de tercera y de banca, para que aprendan a elaborar sus estrategias. Aquí no, aquí hay que hacer camino al andar. Ni siquiera los cursos de superación que se imparten son idóneos, porque por ejemplo no se da ningún tema de conformación de alineaciones, de orientación de jugadas tácticas a la ofensiva, de planteamientos defensivos en el equipo…
¿Será que los primeros pasos deben darse en la base?
-Eso es clave, porque ahí es donde uno moldea su estrategia personal y aprende a aplicar la pedagogía y la sicología. Con el tiempo, aprovecha los conocimientos adquiridos y entonces pasa a categorías inferiores y juveniles. Todo este sistema en los escalones iniciales enseña además a manejar la presión del público y a trabajar con la prensa, porque un director tiene que estar preparado para tomar decisiones en caliente y responder convincentemente. Un manager tiene que tener dominadas esas cosas cuando llega a la Serie Nacional.
¿Es suficiente el grado de actualización de nuestros técnicos?
-Estoy convencido de que no tenemos la información necesaria, no hay que ser una lumbrera para darse cuenta. Digamos, cuando vamos a los eventos nacionales e internacionales tú escuchas decir que todo está a punto en el equipo, y resulta que en el evento no se hace nada de lo que se dijo. Se habla de especialización y el abridor tira 140 lanzamientos. Se habla de velocidad en función de la ofensiva y cada vez que un hombre llega a primera se ordena el toque de bola. Desde el punto de vista de actualización, el pueblo está más preparado que nosotros los técnicos.
¿Cómo así?
-Fíjate que le tenemos fobia a la sabermetría. Una, porque no la dominamos. La otra, porque le tenemos miedo al cambio. Yo recuerdo que en Cienfuegos fuimos de los primeros que en Cuba utilizamos estrategias modernas de pitcheo con abridores, preparadores y cerradores. Eso provocó mucho revuelo acá, puesto que mucha gente no le veía sentido. Tenemos la costumbre de ver el béisbol atendiendo al resultado de la jugada o el movimiento que se hace: si sale bien, el manager acertó; si sale mal, se equivocó. Y no debiera ser así, porque las cosas hay que valorarlas en su contexto.
¿Te gustaría tener la oportunidad de regresar?
-Ya ni sé. Estoy bastante decepcionado. Me quedé esperando que mucha gente intercediera por mí, pero nadie alzó la voz. Así que decidí venir para mi rinconcito.
(Tomado de CiberCuba)