HOUSTON, TX – En 2024, por primera vez en un lustro, los Astros no contarán con el experimentado Martín Maldonado como su receptor titular para el opening day. El boricua, que desde la campaña 2020 había sido el dueño de la posición con el antiguo capataz Dusty Baker, se marchó como agente libre a los Medias Blancas de Chicago este invierno y puso punto final así a su segunda pasantía por la organización.
Si la salud acompaña al grupo, la mayoría de los jugadores que iniciaron la pasada temporada defendiendo el título de Serie Mundial repetirán en la próxima edición. Dentro de ellos los cubanos José Abreu (primera base) y Yordan Álvarez (ya sea de DH o en el jardín izquierdo), Alex Bregman (tercera base), el dominicano Jeremy Peña (campo corto), Kyle Tucker (jardín derecho) y quien sabe si el debutante mentor Joe Espada le de la pradera central al hondureño Mauricio Dubon, titular de la segunda base el opening day del curso anterior.
Yainer Díaz, quien alineó el día de apertura 2022 como bateador designado, es muy probable que en esta oportunidad calce los arreos como reemplazo de Maldy. Pero incluso si la apuesta de Espada fuera el recién contratado Victor Caratini, ya el propio Dana Brown (GM de la organización) dejó muy claro este offseason que el prometedor máscara dominicano se perfila como la primera figura de la posición a partir de este año.
Yainer Diaz platica conmigo algunos temas de interés referente a su futuro. pic.twitter.com/qkKKB3UDHp
— Javier Gonzalez (@Astros_Coverage) October 24, 2023
Lo cierto es que tanto Díaz como Caratini, tienen muy poca experiencia con el actual cuerpo de lanzadores de los Astros. El segundo jamás les ha recibido un envío, mientras que el primero lo ha hecho en el pasado reciente, pero fundamentalmente con los pitchers más novatos del grupo (France y Brown); ya que creció con ellos mientras escalaba por el sistema de fincas. Verlander y Framber, por ejemplo, jamás han hecho batería con él y son el 1-2 de la rotación, mientras que con Javier y Urquidy solo ha compartido 9.2 tercios y 15.1 tercio respectivamente.
Díaz, que finalizó quinto en la carrera por el Rookie of the Year la pasada contienda, es un recio toletero derecho con capacidad sobrada para batear en el medio de la alineación. Puso récord en cuadrangulares para un catcher novato en la organización (23, aunque solo 14 calzando los arreos), mientras recortaba una línea ofensiva de 282./308./538./846 y remolcaba 60 rayitas como jugador part time (377 PA). Defensivamente estuvo presente en 399.0 innings en la posición #2 sin cometer passball alguno, al tiempo que retiraba el 30% de los estafadores (15 de 50).
Su bate hará que, incluso en las jornadas donde su compañero Caratini alinee como catcher titular, él sea colocado en el lineup en alguna otra posición (fundamentalmente la primera base o como DH). Sobre todo si demuestra que puede tener mayor éxito ante serpentineros zurdos, lo cual constituye su asignatura pendiente a la ofensiva.
Caratini por su parte, como buen boricua que es, posee grandes habilidades en el manejo del pitcheo, algo que ha corroborado en el pasado las estrellas del montículo Yu Darvish y Corbin Burnes. Su principal debilidad defensiva es su agilidad para tirar a las bases (pop time), ubicándose entre los 5 peores de la liga la pasada temporada tanto en sus disparos a la intermedia (2.06 seg) como a la antesala (1.59 seg).
Del lado ofensivo es un bateador ambidiestro con muy buen madero para la posición que defiende. Si bien su mejor año lo tuvo allá por 2019 con los Cachorros, la pasada temporada dejó una línea de 259./327./383./711, con 7 vuelacercas y 25 remolques jugando para los Cerveceros de Milwaukee. La tasa de ponches fue inferior al 20%, lo cual denota su gran habilidad para poner la bola en juego.
A pesar que Dusty Baker y la mayoría de los pitchers del equipo se sentían cómodos con Maldy como el catcher de todos los días, Fangraphs revela que los Astros ocuparon la posición 24 de la liga el pasado torneo en cuanto a la producción de sus receptores (fWAR: 0.6). El boricua lideró la MLB por segunda campaña corrida en passball (12) y atrapó solo al 14% del centenar de corredores que le salieron al robo. Todo eso aunado a un wRC+ de apenas 66 puntos.
La comunicación de la actual pareja de receptores con el cuerpo de pitcheo constituye sin lugar a dudas la principal preocupación de la gerencia sideral de cara al próximo curso beisbolero. El Spring Training quizás no alcance para lograr una total compenetración entre ambas partes, pero debería ser el primer gran paso en esa dirección.