Por Yusseff Díaz
Henry Urrutia es de una familia beisbolera considerada entre la realeza del deporte en la isla. Su papá, Ermidelio Urrutia y su primo Osmani Urrutia figuran entre las glorias del béisbol cubano. Desde muy pequeño despertó altas espectativas en cuanto a su desempeño en el béisbol y no defraudó.
Henry se distinguió como jugador y ganó un puesto puesto en la historia de nuestras Series Nacionales por derecho propio. Sin descuidar la defensa sobre todo en el jardín derecho, pronto demostró que estaba forjado en la estirpe de los Urrutias, la del bateador descomunal.
Muy pronto en su carrera deportiva se coló en el equipo Cuba emulando los pasos de su prole. Sin dudas su bate lo hacía sobresalir en el béisbol antillano, en 5 campañas con los Leñadores de Las Tunas bateó .350 con 33 cuadrangulares, 219 empujadas, y líneas ofensivas de ensueño .426/.517/.943.
En el 2011 entendió que su futuro estaba en la pelota profesional y decidió marcharse fuera de Cuba. Poco tiempo después, en el año 2012, firmaría al fin un contrato con los Orioles de Baltimore por la suma 778,000 dólares en lo que significó su primer paso en el sueño ligamayorista de cualquier pelotero. El guardabosques logro llegar a las Grandes Ligas en 2013 y esparció actuaciones a lo largo de dos temporadas en las que bateó un muy aceptable .272 de promedio ofensivo.
Después de su incursión en la Gran Carpa continuó su actuación en el béisbol profesional del Caribe en el que llegaron sus mejores resultados colectivos e individuales. En el invierno de 2018 se coronó campeón de bateo con los Cardenales de Lara en LVBP y fue fichado por los Diablos Rojos de la Ciudad de México.
El pedigrí seguramente es una presión extra para cualquier deportista. ¿Cómo hicistes para llegar a las expectativas que trae consigo el apellido Urrutia?
Ha sido un camino largo y duro, he dedicado mi vida entera a ser mejor y tener una carrera satisfactoria. Desde pequeño fui dejando buenos números en las ligas donde jugaba, pero no me gustaba que a pesar de mi esfuerzo me reconocieran nada más como el hijo de Ermidelio y no como Henry Urrutia. Eso me hizo tratar de ser mejor cada a día para y lograr que ante los demás dejara de ser solo el hijo de Urrutia y me reconocieran por mi trabajo, y así ha sido.
¿Qué cruzó por tu mente en tu primer turno al bate en Las Mayores con los Orioles?
Estaba muy nervioso, tan nervioso que me tomó varios segundos entender lo que realmente estaba sucediendo. Había logrado mi meta, estaba en las Grandes Ligas. Todavía siento esa satisfacción y esa felicidad.
Fuiste el campeón de bateo en la LVBP en 2018. ¿Te decepcionó que no furas seleccionado como refuerzo para la Serie del Caribe esa temporada?
Me preguntaron si quería ir y decidí no ir a la Serie del Caribe. Estaba agotado por un año entero de trabajo y lo mejor para mí era descansar y luego prepararme para venir a México. Creo que hice un buen trabajo en Venezuela, estoy contento con lo logrado.
Foto (Webshot): Henry Urrutia y Alexei Ramírez en el Estadio Latinoamericano
¿Qué emociones sentiste con la recepción que recibiste del público en tu primer turno al bate en Latino en el tope con las selecciones cubanas?
En realidad nunca pensé que el pueblo cubano me apoyaría tanto luego de irme hace muchos años de Cuba. Recibir la alegría, la aceptación y los aplausos de todos esos fanáticos que asistieron a los juegos me hace sentir que dejamos una huella en nuestro país y que sobre todas las cosas nuestros fanáticos cubanos nos van a respaldar estemos donde estemos.
¿Te gustaría en el futuro regresar al Mella y vestir nuevamente la franela de Las Tunas?
Seguro, me encantaría. Ese siempre será mi equipo. Amo a mi equipo y siempre, esté donde esté, seré un Leñador.