Guillermo Heredia siempre prefiere tomar el camino más alto. El hombre que en algún momento fuera jardinero central del equipo Cuba no quiere buscar nada en el pasado, ni hablar de algo que sonó mucho en su tierra matancera: ¿por qué el manager Víctor Mesa lo desplazó para darle espacio a su hijo.
Nada de eso tiene significado ya para Heredia, quien es agente libre sin restricciones -representado por Magnus Sports- y espera firmar pronto un pacto de Grandes Ligas, como han hecho tantos de sus compatriotas.
Su padre y su tío jugaron en Series Nacionales y Heredia, a sus 25 años, siente el compromiso de continuar la tradición familiar, pero esta vez en el mejor béisbol del mundo.
¿En qué has trabajado más desde que llegaste?
«Batear y batear mucho, pero batear con calidad, que cada turno sea importante. Por lo demás no puedo quejarme, tengo un buen brazo, una sólida defensa y espero que todo eso me ayude a lograr mis suenios».
¿Te ha sido difícil adaptarte, hacer los ajustes?
«Sí, ha sido un poco duro. Primero la salida de Cuba, después los cambios de tantas cosas, el clima, la cultura, el idioma. La suerte es que el béisbol es una lengua universal y muchos la entienden».
Tu vienes de una familia beisbolera, junto a tu padre, tu tío…
«Desde niño me inculcaron como se juega el béisbol. Me decían que lo principal era tener disciplina. Mi deseo es darle orgullo a mi papá Guillermo y honor a mi tío Frank, quien falleció a fines del 2015».
¿Qué te pasó con Víctor Mesa en el Matanzas?
«No, nada, son cosas de la pelota. Uno hace un trabajo y no es lo que la gente quiere…».
Pero dejaste de ser titular, o pasaste del central al izquierdo, mientras que el hijo de Víctor estaba en los jardines.
«Al final lo importante es que estaba jugando, pero no me molestó. Son cosas del béisbol. Son golpes que uno se da, pero debe seguir adelante. Ya ves, aquí estoy buscando jugar Grandes Ligas, quiero cumplir mi sueño».
¿Te fue difícil romper con todo?
«Mucho. Siempre he sido un hombre de familia y tomar la decisión fue como un desgarramiento. La tomé yo solo, pero mis padres me apoyaron totalmente y ahora solo quiero no defraudarlos».
¿En qué momento decidiste que te ibas?
«Se había acabado el playoff en que Pinar del Río quedó campeón. Ya no me sentía cómodo jugando en el país, ni cómodo con la dirección del equipo nacional. No le echo la culpa a nadie. Lo que me pase aquí, bueno o malo es mi entera y única responsabilidad».