Escrito por Harold Iglesias Manresa
«Mi objetivo principal es ayudar al equipo, poner los rendimientos individuales en función de incrementar los rendimientos del grupo».
Es un hombre Clásico, dueño de récords en varios apartados como el de mayor número de jits conectados (31 en 69 turnos), impulsadas (23), anotadas (17) por solo citar tres apartados, pero en su filosofía de pelotero humilde aseguró una vez más de cara a la cuarta edición y tras un año de recuperación tras dos intervenciones quirúrgicas, aseguró que el objetivo es el mismo de siempre: ayudar al desarrollo y rendimiento del colectivo en la competición.
“Mi objetivo principal es ayudar al equipo, poner los rendimientos individuales en función de incrementar los rendimientos del grupo. Hemos atravesado por una preparación excelente, y pretendemos tener un buen evento”.
¿Qué es lo que más te ha costado para reencontrar tu ritmo como jugador?
“Pienso que jugar con constancia en el estadio. De las lesiones y más si requirieron cirugía, siempre queda la incertidumbre, la preocupación de cómo vas a quedar. Llevar a tu mente y retomar la forma de todo lo que hacías antes, requiere esfuerzo. Eso, acercarte a tu mejor momento es lo que choca y te frena como reflejo del componente psicológico”.
Te pintas como designado, aunque el mentor Martí dijo que de ser necesario también podrías patrullar un jardín. ¿No lo crees demasiado exigente con 37 años?
“En lo personal me siento listo para lo que sea. En nuestra pelota los jugadores se retiran por lo general antes, pero en cualquier otra liga con 37 años aún se puede rendir al máximo. Hay muchos ejemplos. Estaré apto para desempeñar cualquier rol, pero eso será decisión del colectivo técnico”.
Varios liderazgos, ¿Alguno de mayor interés?
“Todos los liderazgos en cualquier competición o disciplina deportiva son buenos. Justo para eso se trabaja, para la obtención de resultados. Pienso que en Clásicos he tenido la fortuna de poseer varios. Cada departamento, jit, o impulsada, será una nueva marca y el más próximo es el de jits, pues tendré posibilidades de batear y conectar alguno”…
Has estado en todas las ediciones de Clásicos Mundiales, le has tomado el pulso al nivel del torneo. Háblanos de las potencialidades de este equipo.
“Es un grupo con un núcleo joven, o más bien de poca experiencia en torneos internacionales de primer nivel al que nos hemos sumado algunos jugadores experimentados. Hay buena cohesión y tenemos expectativas. Aún no hemos jugado partidos de confrontación, pero nos veo con posibilidades de al menos avanzar a la segunda ronda. Los equipos Cuba difieren a los de años atrás.
Solíamos tener una mayoría que había enfrentado lides juntos y ahora hay buena parte que engrasa la dinámica de equipo por primera vez. Pienso que la velocidad en función de la ofensiva y tratar de preservar las carreras que el conjunto pueda hacer, constituyen algunas fortalezas, además de que considero hemos redondeado un buen staff de pitcheo. Sin poseer la fuerza o poder de nóminas anteriores por razones que todos conocen como deserciones y demás, considero que Cuba es un país que siempre ha dado y seguirá dando excelentes peloteros”.
Cepeda posee un liderazgo indiscutible no solo en el ámbito doméstico. Su prestigio, amén de considerarse por algunos al Toletero Alfredo Despaigne el mejor pelotero cubano de la actualidad, trasciende nuestras fronteras, y hasta este minuto es el mejor hombre madero al ristre en eventos internacionales.
Acá en casa hablamos de un bateador ambidiestro, con una selección de lanzamientos y una mecánica muy ajustada, que en 18 campañas de Series Nacionales compila para 329 de average, con 340 dobles, 53 triples y 265 jonrones, que en 5284 turnos oficiales al bate solo se ha ponchado 773 veces y que ha sido transferido en contraposición en 1416 ocasiones. Sobre él reposan 1014 compañeros fletados, su slugging de 564 es sólido y el OPS es de 1038, lo que da fe de su contundencia.
De ahí que su inclusión en la nómina, pese a los contratiempos afrontados en las dos últimas temporadas, sea incuestionable, tanto en lo deportivo, como en lo anímico. Eso sin contar que es de los denominados bateadores clutch, esos que por lo general conectan en momentos de adrenalina suprema, cuando el partido más lo exige. De ahí que sus números en partidos de postemporada, más allá de aquel ponche con los ángulos cuajados frente al zurdo holguinero oscar Gil en la final de la campaña 2001-2002, sean astronómicos.