Frank Abel Álvarez y Carlos Monier quedaron a deber este año con su rendimiento en las categorías menores de Japón y, pese a formar parte del club sotanero de la Liga Central, los Dragones de Chunichi, en ningún momento de la campaña estuvieron cerca de ser promovidos a la NPB.
En el caso de Frank Abel se mantuvo sin dar el despegue anhelado, en la segunda escuadra de Chunichi, en la Liga Occidental. Lanzó en 16 encuentros, con balance adverso de 0-1, un juego salvado, 18 carreras permitidas (15 de ellas limpias), efectividad altísima de 6.64 en 20.1 episodios, 17 ponches, 12 boletos y un WHIP de 1.84. En su caso fue ya el tercer año contratado en el béisbol nipón.
Debutante en estos lares estuvo el jardinero santiaguero Carlos Monier, quen permaneció todo el año en la segunda escuadra en la Liga Occidental y sus números fueron discretos.
Jugó 50 encuentros, con un average de apenas .200 (75-15), once anotadas, ningún extrabase, 15 bases recorridas, tres impulsadas, una base robada en su único intento, 14 boletos, 33 ponches, .355 de OBP y .200 de slugging.
Aunque el hecho de ser su primer año pudiera ayudarle a recibir otra oportunidad, lo cierto es que su rendimiento dejó pocas luces y muchas sombras con vistas a su futuro en este exigente circuito.
El otro antillano con presencia en las categorías inferiores de Japón fue el lanzador Darío Sarduy (Fukuoka SoftBank Hawks). El villaclareño jugó con el tercer y cuarto equipo de las sucursales de Fukuoka, viendo acción contra elencos de ligas independientes y algunos planteles sudcoreanos, siendo imposible acceder a sus estadísticas globales en el 2024.
Frank Abel Álvarez y Carlos Monier
En sentido general podemos resumir en que Frank Abel no exhibió la solidez ya esperada en él, Monier incrementó la duda con respecto a sus posibilidades de triunfo en suelo asiático mientras que Darío cumplió con lo esperado siendo una apuesta de futuro a largo plazo por la institución.