POR JORGE EBRO
Asomado al abismo de la muerte, Leonys Martín aprendió a contemplar la vida de una forma diferente. Comenzó a apreciar las pequeñas cosas, los mínimos gestos, una palabra, una sonrisa. A verlo todo con un prisma diferente, más calmado y profundo, incluso el béisbol.
El cubano pasó días terribles en agosto del 2018, aquejado por una infección bacterial que penetró en el torrente sanguíneo y le arrebató gran parte de su masa muscular y por poco la vida misma. De modo que el solo hecho de salir a un terreno de pelota es una gran victoria.
Nunca imaginó Martín que las muestras de afecto y las plegarias por su recuperación se convertirían en una avalancha, que tanta gente le deseara el bien en su peor momento. Eternamente agradecido, el pelotero de los Indios se siente un hombre afortunado.
Al fin estás en Miami, donde tanta gente quería verte.
“Miami es como casa para mí, solamente venimos por dos juegos. Aquí donde hay tantos cubanos y donde vivo. Ya estamos de regreso a lo que nos gusta, a las Grandes Ligas, tratando de olvidar el pasado. Fue algo duro, pero gracias a Dios estamos vivos’’.
¿Sientes que la vida te ha dado una segunda oportunidad?
“Seguro. Estoy muy agradecido. Yo pasé tanto que no estaba seguro si iba a quedar bien, si iba a quedar con vida, y mírame donde estoy, jugando pelota y ciento por ciento saludable’’.
¿De alguna forma te llegó esa fuerza espiritual de tus fanáticos?
“Es algo que nunca olvidaré. Nunca pensé que iba a recibir tanto cariño de tanta gente en el mundo entero. No solo Estados Unidos y en los países latinos, sino desde Europa. Estoy aquí ahora por todas las oraciones de gente de todo el mundo. Cualquier cosa que diga no es suficiente para agradecer todo ese apoyo’’.
¿Qué fue lo más duro de la enfermedad?
“La parte mental, porque estaba acostumbrado a verme fuerte físicamente y de repente vi mi cuerpo que había perdido todo los músculos, perdí 40 libras en dos semans. Eso me chocó emocionalmente. Entendí que no me quedaba otro remedio que recuperarme’’.
¿Qué sacas de todo ese proceso?
“Le digo a la gente que uno nunca debe menospreciar la vida. Hoy estamos aquí y mañana no sabemos. Yo estaba fuerte y saludable un día y al otro estaba en una sala de emergencia muriéndome. Hay que disfrutar la vida y vivir agradecido de lo que tenemos y como somos. Siempre pensar que hay gente peor que uno, disfrutar lo que uno quiere’’.
¿Es algo que llevarás por siempre?
“Lo que me pasó a mí no se lo deseo a nadie, pero desgraciadamente son cosas que llegan uno aprende de eso. Todo esto me ha hecho más fuerte y ser mejor persona. Cada momento de mi vida lo disfruto más que antes. Todo dio un cambio de 90 grados para mí. Miro las cosas de manera diferente’’.
¿Hasta en el béisbol?
“En el juego me va mal dos o tres días y uno siente disgusto, estrés, pero yo medigo, ‘vamos, si yo estaba muriéndome los otros días y estoy vivo, haciendo lo que me gusta’. ¿Qué más que eso?’’.
Y has vuelto con más fuerza, cinco cuadrangulares…
“No estoy lo suficientemente contento con lo que va de año, pero me siento bien. Estoy trabajando duro. A lo mejor fue que descansó mi cuerpo y he comenzado desde cero. Solo voy a ver la bola y darle. No pienso dar jonrones, pero gracias a Dios están saliendo’’.
Tu opinión sobre el fin del acuerdo Cuba-Grandes Ligas.
“Son cosas que no me gustaría tocar mucho, pero todo el mundo sabe por lo que yo y muchos peloteros pasaron. Son cosas que no se les desean a nadie. Si existe la posibilidad me gustaría que lo hicieron con cero peligro, cero complicaciones, pero es algo que no controlamos. En lo que podamos apoyar’’.
¿Qué te parece Yuniesky Betancourt jugando la provincial en Las Villas?
“Somos cubanos. A mi me gustaría, pero no quiero jugar provincial. La esperanza es jugar un Clásico Mundial con mi país. Después de jugar en Grandes Ligas, sería algo para cumplir las metas de mi carrera’’.
Te vi alentando en Los Angeles a Yordenis Ugás, ¿a quién viste ganar?
“El sufrimiento todavía me está matando. Fue bien robado. Yo estaba al lado de amigos y familiares de Shawn Porter y ellos mismos entendían que habían perdido la pelea. Tu estabas ahí y escuchaste los abucheos. El mismo papá de Floyd Mayweather lo dijo’’.
¿Fuiste a verlo desde la primavera en Arizona?
“Manejé para ver a mi amigo, es duro ver cosas así y sobre todo por Yordenís porque sé los sacrificios y las dificultades que él ha pasado por llegar ahí, y ver como le quitan el sueño delante de las manos. Injusticia’’.