Por Jorge Ebro
José Abreu bien que lo sabe. El primer pelotero de los Medias Blancas en ser titular en un Juego de las Estrellas desde Frank Thomas en el 1996, pudiera estar viviendo sus últimos días como pelotero de la organización de Chicago, de acuerdo con los fuertes rumores de cambio que circulan a su alrededor.
Pero eso no impedirá que el cubano disfrute su presencia en la capital del país entre lo mejor que pueden ofrecer las Grandes Ligas, como un premio a su consistencia y liderazgo dentro y fuera del terreno en los últimos tiempos.
“Agradecido de la vida y todos aquellos fanáticos que votaron por mí, a mi familia, a la institución de los Medias Blancas’‘, expresó este lunes el de Cienfuegos, quien ya en el 2014 estuvo entre las luminarias de las Mayores. “Voy a gozar estos días aquí como si fueran los últimos. Vamos a poner el nombre de Cuba bien alto’‘.
Desde que ganara el premio de Novato del Año en el 2014 con 36 para la calle y 107 impulsadas, Abreu ha sido una fuerza a tener en cuenta en el medio de la alineación patiblanca. En el 2015 pegaba 30 bambinazos y en el 2016 sacudía 25, siempre con 100 o más remolcadas.
Si continúa su paso, Abreu -que posee apenas protección en el line up- se convertiría en el primer pelotero en la historia de los Medias Blancas con 25 o más cuadrangulares y 100 o más impulsadas en sus primeras cinco temporadas, lo cual habla volúmenes de su consistencia y en medio de un proceso de reconstrucción profunda en esa franquicia.
Poco a poco, Abreu se ha convertido en una influencia positiva dentro de un club donde la mayoría de los jugadores poseen 26 años o menos, que mira al futuro sobre los hombros de compatriotas suyos como Yoan Moncada y Luis Robert Moirán.
Esa cualidad rara del liderazgo hace de Abreu un animal diferente entre sus compatriotas. No es que los otros no puedan serlo, sin embargo, a él le viene natural, como parte de un atributo invisible.
Quién sabe lo que pueda depararle el futuro en términos de contrato. Aún le queda una contienda de arbitraje antes de llegar al 2020, cuando él se convierta en agente libre y los Medias Blancas esperan haber completado la reconstrucción con todos sus prospectos en regla y titularidad. Aunque ya se sabe que las promesas no siempre llegan a cumplimiento.
“Seguimos batallando con esos jóvenes, buscando la manera de que ellos entiendan el béisbol al 100 por ciento’‘, agregó Abreu. “La organización busca esos muchachos jóvenes para tener resultado en Grandes Ligas’‘.
Tal vez el alto mando de Chicago debería reservar ese cuarto puesto en la alineación para un hombre probado, que con 33 años para ese entonces aún estaría en su época dorada y en condiciones de continuar lo alcanzado en estos primeras cuatro temporadas y media.
Pase lo que pase, Abreu solo pide una cosa.
“Que la vida nos dé salud’‘, explicó el antillano. “Si las vida nos da salud, todo estará bien’‘.