Aunque se quedó a tres outs de firmar el primer cero hits cero carreras en la historia de las postemporadas cubanas, Erlis Casanova lanzó ayer uno de los mejores juegos de su vida, pese a los hachazos del último inning, y puso a los Industriales a un triunfo de la gran final del campeonato.
El diestro pinareño se fumó a la poderosa tanda oriental con el mismo deleite con que su padre, Luis Giraldo Casanova, presente anoche en las gradas sin que su hijo lo supiera, derrite a puras bocanadas un auténtico tabaco.
En el noveno, Yunior Paumier le ponchó el sueño del cero-cero con tubey y luego Leonis Figueredo le pegó a una recta por fuera para sonar otro doblete cercano a la raya del bosque izquierdo, pero eso no desanimó a Erlis, quien sabía lo que valía este juego para Industriales, cuyo bullpen no ha sido hermético. Se irguió y logró el triunfo. «No podía dejar que me empataran el juego, lancé como si estuviera en el Capitán San Luis», explicó al término del partido.
A Danel Castro le sirvió tres veces el más amargo trago que pueda beberse un bateador, y si no fue el último out del juego se debió a un titubeo del paracortos Yolbert Sánchez con un aparentemente inofensivo roletazo, que dejó con vida en la inicial al hombre que más veces ha impulsado el empate o la ventaja en nuestras series nacionales.
Sobre la estrategia táctica frente a Danel, el diestro pinareño dijo: «Él es un jugador que se prepara muy bien para golpear un lanzamiento, por eso me enfoqué en combinar los pitcheos y colocarlos en zona de strike».
El juego, iluminado por felinos engarces de la defensa azul, tuvo también otro héroe en Alexander Malleta, quien rompió el abrazo a ceros en el cuarto episodio con un bambinazo por el jardín derecho frente al también refuerzo Yariel Rodríguez, un muchacho muy talentoso y de excelente control emocional, de sus pitcheos y de las situaciones de juego.
«Le di a una curva, no estaba esperándola, pero salí a conectar la bola y ese lanzamiento se le quedó en zona bateable», comentó a este redactor el inicialista de los Leones, uno de los cuatro afortunados que pudo ligarle hits al pitcheo tunero.
En esa misma entrada los anfitriones pisaron otra vez la goma, después que Yariel pifiara una mansa conexión de Osmel Cordero, quien fuera remolcado por cohete de Yoasán Guillén a la pradera central. Parecía que el corredor no iba a llegar quieto al home, pero Yosvani Alarcón no pudo concretar el out.
Inexplicablemente, el enmascarado de los Leñadores «se durmió» con un pitcheo salvaje en el octavo y Juan Carlos Torriente le anotó desde segunda base, cuando la pelota estaba a pocos metros de él. Con ese lance, Yordanis Samón ancló en tercera y luego subió la cuarta y última carrera de Industriales.
Para terminar como el «villano» del partido, Alarcón tuvo en sus muñecas darle la vuelta al marcador en el noveno, o al menos seguir descontando, pero con dos outs y dos hombres en base, le puso el punto final al duelo con una rolata por el campo corto.
Ahora, ambos equipos tomarán carretera para decidir en el Julio Antonio Mella el rival de Granma en la final. El martes, si ganan los Azules habrá concluido la semifinal, si no, hay que esperar hasta el miércoles.