Por Jorge Ebro
Sin miedo a correr riesgos en su larga trayectoria de pelotero, Carlos Tabares asumió uno fuerte este pasado domingo en Miami. Convencido seguidor del Barcelona, contempló el Clásico Español en la casa del Madrid, el Real Café, y con una camiseta del club catalán, ni más ni menos.
Pero la mayoría de los aficionados merengues también doblan como aficionados el béisbol y mucho ellos son seguidores de los Industriales, de modo que Tabares, de 43 años, recibió muchos abrazos y apretones de mano de quienes recuerdan como dejaba la piel en los terrenos de Cuba.
Además de reunirse con amigos, Tabares vino a Miami a desentrenarse, a terminar la transición final hacia el retiro y a recoger todos los conocimientos posibles para regresar a su tierra y seguir trabajando en pos del béisbol como técnico de jardineros.
Tan bien se ha sentido aquí que ahora amenaza con volver para la final de la Champions.
¿No has sentido el deseo de jugar nuevamente?
«El 11 de enero fue mi retiro y todavía es duro. Me metí en la cabeza que iba a ser entrenador, pero mentira. Fueron muchas cosas, muchas vivencias negativas y positivas, dentro y fuera del terreno. Tuve que trabajar muy fuerte conmigo desde el punto de vista psicológico».
¿Y ya lo superaste?
«Cuando estaba de coach, a veces quería coger el bate al ver a mis muchachos que fallaban un turno que yo sabía que podían haber conectado mejor. A veces mandaba la gente a correr y me iba corriendo con ellos. Me entregué mucho al terreno, y lo siento, lo llevo en la sangre».
¿Cuál es tu meta como entrenador?
«Quisiera ser director de Industriales. No ahora, cuando llegue el momento en dos, tres o cuatro años. Por ahora quiero estudiar mucho para equivocarme lo menos posible, indagar sobre el béisbol, aprender al máximo para las estrategias, hacer las jugadas».
Podemos decir que formaste parte de la última gran generación del béisbol cubano.
«Empecé en el año 1998 con grandes peloteros como Linares, Pacheco, Kindelán. Luego estuve con los Cepedes, los Michel Enríquez, los Yulieskis, y seguía ahí. La juventud ahora debe pensar más en el terreno. No solo es batear, es tener muchas herramientas para ganar en el béisbol».
Tu famosa frase de «dejé la piel en el terreno», ¿la generación actual también la deja?
«No, no. Es muy difícil. Ahora que existe la posibilidad de una ley de contratación en ligas extranjeras, como que el pelotero ha perdido un poco ese trabajo de equipo, está más para lo individual a ver si logra el contrato para jugar en otra liga, por la economía. Pero eso no es el béisbol».
¿Qué pudiera hacerse, por ejemplo?
«Hay que topar mucho, intercambiar deportivamente. Esas 95, 96, 98 millas que se ven en el béisbol moderno en Cuba no se ven. Allá la velocidad promedio es entre 86 y 88 millas. Insisto que hay que topar. Y la gente dice, ‘no, porque Estados Unidos’. Y yo digo que no le echen más la culpa a Estados Unidos, si existen Venezuela, Puerto Rico, Japón, Panamá. Ya que terminen con eso, que no tiene que ver con el deporte. Queremos que los atletas piensen, que sean grandes».
Talento hay de manera natural, ¿por qué no encuentran esos grandes peloteros?, ¿no es buena la captación?
«Quizá sea la generación, los años en que nacieron».
¿Como coach qué problemas ves?
«Veo que los pitchers se ponen muy duros, entonces quieren tirar más duro de lo normal y eso no es bueno, no es fluido. Es como el swing. Los bateadores se ponen muy contraídos y los brazos pesan más dentro. Ya el swing no es como antes, ahora existe la adaptación a cada turno, a cada circunstancia y velocidad. Eso lleva práctica».
¿Tienen solución esos problemas?
«Sí, seguro, cuando se trabaja de la forma en que se tiene que trabajar. Soy repetitivo, hay que topar, enviar a peloteros a otras ligas sin que se pierda la cubana, y va existir la posibilidad de existir una especie de Liga Menor donde suban y bajen los peloteros».
¿Cómo ves el fenómeno del fútbol que arrasa entre los fanáticos cubanos?
«Actualmente en Cuba se sigue más el fútbol que el béisbol y eso no puede ser porque el béisbol es nuestro deporte nacional. La solución y siempre lo digo es que así como ponen el clásico Real Madrid y Barcelona, que pongan el juego de los Dodgers, Cincinnati, Filadelfia, al momento y con todo. El béisbol será siempre el deporte nacional, pero hay que ayudarlo. El playoff de la Serie Nacional terminó bien arriba y no estuvo Industriales, entonces sigue con la pelota de Grandes Ligas».
¿Finalmente ganará Víctor Mesa con Industriales?
«Espero que sí. Equipo hay, solo hay que decirles a los muchachos que se pongan para eso. El le impregnó una disciplina y deseos de jugar al equipo que se habían perdido un poco, se llenaron los estadios, se recuperó la afición, terminamos en mejor lugar. Ojalá se meta el paletazo».
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Todos los peloteros cuando se retiran dicen lo mismo. Mi etapa era mejor y ahora los peloteors nuevos no juegan igual al beisbol. El mismo cuento…