Ya estamos en los finales de la 55 Serie Nacional y no resulta ocioso repasar cómo han actuado los emergentes de los ocho equipos que pasaron a la segunda fase
Autor: Sigfredo Barros Segrera |sigfredo@granma.cu
Eriel Sánchez conectó jonrón como emergente la semana pasada. Foto: Ricardo López Hevia
La posición más difícil en el béisbol es la receptoría. También, cuando se habla del batazo más complicado y menos común, se menciona con insistencia al jonrón dentro del terreno. Pero, ¿cuál es la misión casi imposible, en la cual muy pocas veces se tiene éxito?
Resulta difícil en grado sumo el estar sentado en el banco durante una cierta cantidad de innings y, de buenas a primera, recibir la orden de empuñar por otro jugador, con el marcador empatado o perdiendo por una carrera, con un único objetivo: conectar de jit. Los emergentes son exigidos a la hora cero, lo que acarrea una gran presión. Solo los peloteros con alta dosis de concentración son capaces de rendir como sustitutos a la hora de la verdad.
Ya estamos en los finales de la 55 Serie Nacional y no resulta ocioso repasar cómo han actuado los emergentes de los ocho equipos que pasaron a la segunda fase. Veamos la tabla que acompaña a este trabajo.
A simple vista, no les ha ido bien en esta justa. Tres equipos promediando por debajo de 200 y uno solo cercano a los 300, Pinar del Río, paradójicamente el seleccionado de menor promedio ofensivo en la segunda fase. Matanzas es el que más sustitutos ha utilizado, quienes han impulsado más carreras. En cuanto a jonrones, solo cuatro hombres han despachado la Mizuno 150 en esta función, el último de ellos el espirituano Eriel Sánchez, ahora refuerzo de Granma. Colectivamente, los emergentes de los ocho equipos promediaron 226, bien por debajo de la media ofensiva de la Serie.
Siempre será todo un reto salir del dugouten las postrimerías de un partido, en un estadio repleto de punta a punta —sobre todo si se es visitador—, a tratar de colocar la pelota en tierra de nadie para empatar o decidir.