POR JORGE EBRO
Puede que Anglada no regrese a dirigir Industriales, pero siempre será el Rey de La Habana. El hombre que llevó el pulso del equipo azul en la pasada Serie Nacional está en Miami para disfrutar de su hijo y su nieta, alejado un poco del ruido de la capital.
Allá le piden que vuelva al mando, aunque a sus 66 años quiere llevar una vida más calmada, después de vivir un cierre de contienda que mantuvo en vilo a toda Cuba y que ahora lo inclina a decir que no, a alejarse del ajetreo constante.
Vino, además, a recibir un homenaje –este domingo en el Real Café de Miami a las 6 PM- de quienes le aprecian dentro y fuera del terreno, porque su trayectoria no tiene tacha ni doblez, porque su palabra y su comportamiento emanan respeto.
Sea cual sea su decisión, Rey Vicente Anglada es una de las caras eternas de los Leones.
Homenaje en Miami, ¿qué te parece?
“Me siento muy bien, tú sabes que todos los años venimos aquí, a este rinconcito donde nos tratan muy bien y aprovecho para ver a mi hijo y mi nieta. Me llaman la atención de que me quieran dar un homenaje por un quinto lugar, lo que para mí no fue un buen resultado’’.
Aquí se le aprecia, Rey.
“Para mí es muy gratificante ver que Industriales tenga tantos fanáticos en Miami. La gente me reconoce y me da su aprecio, pero es también por lo que significa el equipo. Eso me estimula’’.
¿Cómo viviste ese final trepidante de Industriales?
“Les agradezco a los muchachos lo que hicieron al final. De 17 partidos ganamos 14. Salieron jóvenes que dieron la cara. En un momento determinado el equipo no estaba bien, pero al final las cosas salieron. Siempre dije que nos iba a costar clasificar entre los seis y luego entre los cuatro. Nos quedamos a nada de lograr lo último’’.
Digamos que el equipo se hizo equipo algo tarde.
“Tuvimos problemas con la línea central. Nunca pudimos establecer una combinación de short y segunda, sufrimos lesiones. Perdí la tercera base regular por un mes y medio, pero los muchachos lo hicieron bien. Estoy contento’’.
Entonces, ¿vuelves o no vuelves?
“Yo no quiero volver, la verdad. Yo soy un hombre de béisbol, pero quiero estar con mi familia, venir aquí y compartir sin preocupaciones. Dirigir es difícil por el tema de estar fuera de casa. Me gusta ayudar en lo poco que sé, pero no me gusta dirigir’’.
¿Pero queda alguna ventana de oportunidad?
“Hasta ahora es no. Yo accedí esta vez por la renuncia de Víctor Mesa y las autoridades me pidieron que asumiera. Y ahora me están pidiendo que resuelva otra vez, pero me lo estoy pensando, porque quiero descandsar’’.
La gente en la Habana, sin embargo, te pide que vuelvas…
“Sí, toda la gente que encuentro en la calle quiere que yo siga. No lo entienden. Les digo que mi familia no quiere y ellos me dicen que mi familia es mucho más grande. Eso me pone en una situación que…’’.
¿Qué encontraste diferente ahora a los tiempos en que fuiste campeón?
“Los jugadores que dirigí en otros tiempos no tienen nada que ver con estos. Aquel era un equipo joven, con mucho talento, con mucho valor. Y los veteranos aportaban. Este equipo de ahora no era rápido, teníamos que inventar’’.
¿Qué fue lo peor y lo mejor para ti de la temporada?
“En un momento perdimos 10 juegos de 12. Nunca había estado en una situación asi. Lo mejor fue el final, como terminaron los muchachos, entregados. El último día sabíamos que estábamos eliminados y seguimos jugando como si fuera la Serie Mundial’’.