POR: ABRAHAM NUDELSTEJER
En su primer día como manager de losDodgers, Dave Roberts abrió la puertapara que Yasiel Puig sea parte de su plan, pero la directiva del equipo evitó asegurar que el cubano continuará su carrera en Los Ángeles.
“Yasiel es un tremendo jugador, siempre quieres estar rodeado de jugadores así”, dijo Roberts en su presentación del martes en Dodger Stadium ante un ejército de reporteros y con Magic Johnson entregándole la franela que portará con el número 30 en la espalda.
La temporada pasada fue turbulenta y complicada para Puig, quien aquejado por las lesiones sólo pudo participar en 79 partidos con los Dodgers. Fuera del terreno de juego, el cubano fue objeto de presiones y críticas por parte de algunos compañeros de equipo que no aprueban su forma de comportarse.
Los problemas para Puig se hicieron aún más grandes esta semana por la situación de violencia doméstica que enfrenta tras empujar a su hermana en una reyerta ocurrida en un restaurante de Miami.
“Yasiel es muy talentoso y un jugador muyespecial, desde la perspectiva de haber sido su rival siempre existía una especie de temor al tenerlo que enfrentar”, dijo Roberts, quien los últimos cuatro años fungió como coach de los Padres de San Diego.
“Tengo la ilusión de conocer a Yasiel en persona,todavía no he cruzado ninguna palabra con él, pero espero hacerlo pronto para hacerle saber que me gustaría contar con él”, aseguró Roberts.
Lo dejan a la deriva
Los conflictos internos que ha traído al equipo, aunado a su baja productividad reciente, son dosaristas de la ecuación que no dejan encontrar a la directiva de los Dodgers el camino a seguir con Puig.
“En estos momentos, no puedo asegurar cuál será el futuro de Yasiel en el equipo”, dijo el presidente de operaciones de los Dodgers, Andrew Friedman.
El directivo tuvo que salir en estos días a negar reportes de que su pitcher estelar, Clayton Kershaw, le pidió tramitar el traspaso de Puig, pero el martes evitó a toda costa lanzar un mensaje de apoyo al cubano.
“Yasiel tiene mucho talento, pero está claro que no ha manejado de la mejor manera algunas situaciones y eso, en parte, también ha sido nuestra culpa”, dijo Friedman, para después explicarse.
“No hemos encontrado la fórmula para hacer que los jugadores cubanos que llegan a Dodgers o a otros equipos de las Grandes Ligas encuentren la a manera de asimilarse a nuestra cultura”, dijo. “No les hemos enseñado lo que deben de hacer para ser unos buenos compañeros de equipo. Es una experiencia muy diferente jugar beisbol en Cuba que en Estados Unidos. Como industria debemos hacer un mucho mejor trabajo en ese aspecto, pero eso tampoco debe de servir como excusa para ningún pelotero”.
Friedman no descartó la posibilidad de realizar un cambio con Puig.
“Tengo la responsabilidad de tener la mente abierta y tengo la responsabilidad poner el mejor equipo que pueda en el campo de juego y si eso conlleva hacer movimientos para traer al equipo mejor talento y sostener el camino del éxito, eso es lo que haré”, advirtió.