
He percibido cierta inconformidad de los aficionados tras ser anunciada la nómina de los Alazanes de Granma rumbo a la Serie del Caribe de Culiacán, México. «Refuerzos», ese es el nombre propio del descontento, y se relaciona con la cantidad nuevos rostros que fueron incluidos en la nómina oriental sin haber saboreado la gloria del campeonato.
Este dilema nos persigue año tras año desde que Cuba regresó a la lid regional en febrero del 2014, cuando los Azucareros de Villa Clara se plantaron en Isla Margarita, Venezuela, con seis hombres que no se habían colgado el metal dorado.
Hasta hoy, esa sigue siendo la menor cantidad de refuerzos que ha empleado un plantel cubano en una Serie del Caribe, y también los Naranjas presumen de ser el conjunto que más campeones llevó a la exigente lid, con 22 peloteros monarcas bajo la égida de Ramón Moré.
De ese grupo, 18 eran naturales del territorio central y cuatro procedían de otros territorios, pero ya se habían sumado a la disciplina villaclareña para conquistar el cetro ante Matanzas en la Serie 52.
La decisión de mantener el grueso de los villaclareños y no blindar la selección con otros de peloteros de más calidad, sobre todo en el área de los lanzadores, tuvo sus consecuencias, porque el equipo no se comportó a la altura de las circunstancias y resultó eliminado.
La visión cambió luego. Pinar del Río y Ciego de Ávila reunieron planillas idénticas, compuestas por 12 campeones y diez jugadores naturales de esas provincias. Ellos se armaron hasta los dientes con 16 refuerzos —como suele suceder con todas las participantes en las Series del Caribe—, y los Vegueros se coronaron en San Juan, mientras los Tigres, pese a ganar solo un desafío, alcanzaron las semifinales en Santo Domingo.
Ahora los Alazanes llevarán la segunda menor cantidad de refuerzos (nueve), y la también la segunda mayor cifra de campeones (19) y nativos del territorio (12) desde que regresamos al certamen, solo superados por la primera experiencia de Villa Clara. Eso sí, buena parte de los nacidos en Granma, esos que siempre han defendido la camiseta oriental, forman la columna vertebral del elenco y tendrán que asumir responsabilidades en Culiacán.
Los representantes de las otras ligas caribeñas también modifican sus planteles originales de cara a la Serie del Caribe. En ocasiones algunas estrellas deciden descansar de cara a los entrenamientos primaverales de las Grandes Ligas, o aparecen entonces las restricciones de esa propia entidad, que regula el uso de ciertos peloteros con la cláusula de fatiga extrema.
Por ejemplo, Luis Rodolfo Machado, presidente de las Águilas de Zulia, flamantes titulares en Venezuela, ya anunció la incorporación de siete refuerzos (los lanzadores Omar Bencomo Jr., Gregrory Infante, Raúl Rivero, Hassan Pena y Luis Ramírez, y de los toleteros Carlos Rivero y Denis Phipps), y dijo que trabaja en sumar a otros cuatro hombres para la lid azteca.
«Concretamos algo muy importante para la divisa y la afición, pero no nos conformamos con eso, estamos enfocados en preparar un gran roster, con los mejores refuerzos posibles, para ver si nos podemos traer un nuevo título en la Serie del Caribe», comentó Machado en declaraciones recogidas por ESPN.
El propio sitio revela que varios hombres claves como Mario Lisson, Endy Chávez, Silvino Bracho, José Tábata y José Pirela (Jugador Más Valioso de la reciente final contra los Cardenales de Lara) causaron baja de las Águilas por diversos motivos, desde lesiones hasta problemas de pasaportes.
De cualquier manera, esas bajas sensibles, tanto de los titulares venezolanos como del resto de los campeones caribeños, se cubren con los mejores peloteros disponibles de la liga. No se buscan remiendos, se buscan hombres con la calidad, experiencia o perspectiva para competir y ganar. Esa también es nuestra máxima.