POR JORGE EBRO
Si mayo hubiese durado hasta el cinco de junio, Tal vez hoy José Fernández habría logrado el premio de Mejor Lanzador del Mes en la Liga Nacional, que finalmente recayó en Clayton Kershaw.
El zurdo de Los Ángeles será -eso se da por descontado en los corrillos del béisbol- el abridor del Juego de las Estrellas por el Viejo Circuito, mientras Jake Arrieta y Fernández le seguirían en turno.
Pero resulta increíble que no le hayan otorgado el Jugador de la Semana -galardón que recayó en Matt Carpenter-, tras haber doblegado en tremendos duelos a dos verdaderos ases: Gerrit Cole de los Piratas y Matt Harvey de los Mets.
Carpenter fue un monstruo con el bate al compilar un OPS de .920, con siete extra bases, 10 anotadas y tres impulsadas, pero los números de Fernández fueron mejores que cuando ganó ese premio del 9 al 15 de mayo.
Desde el 28 de abril a la fecha, el cubano ha ganado ocho juegos en fila con efectividad de 1.38, y cinco de esos triunfos han sido contra verdaderas potencias, incluyendo a los Nacionales -dos veces- y los Dodgers.
“Me siento bien y confío en todos mis pitcheos”, apuntó Fernández. “Me he sentido mejor a medida que progresa la temporada. No sé cómo agradecerles a todos esos que me han ayudado a llegar a este momento”.
El momento no puede ser mejor, pues en sus últimas dos salidas, Fernández no permitió carreras, aceptó siete hits, no regaló boletos y ponchó a 20, para sumar 110 y superar a Kershaw en ese departamento.
Tan dominante ha sido el cubano que su cantidad de ponches por cada nueve entradas lanzadas es de 13.26, muy por encima de quien ocupa la segunda plaza, Noah Syndergaard con 11.46, y que de terminar la temporada así, sería la segunda mejor de todos los tiempos.
Solo en ocho ocasiones un abridor ha finalizado en el béisbol con una correlación de ponches por cada nueve entradas por encima de 12, y seis de ellas pertenecieron a Randy Johnson, los otros son Kerry Wood y Pedro Martínez.
Si Fernández no ocupa ahora mismo el puesto de honor entre los lanzadores del Viejo Circuito se debe a ese abril inconsistente donde su promedio de carreras limpias se infló a 4.08, antes de vivir un mayo de ensueño de 6-0 y 50 ponches, superando a grandes como Martínez y Roger Clemens, también brillantes en este mes.
Y pensar que solo tiene 23 años. Da escalofríos.