Por Mayli Estévez
La Comisión Provincial de Béisbol en Pinar del Río acaba de dejar fuera de su convocatoria a la 58 Serie Nacional a su capitán y líder indiscutible, Donald Duarte, “quien no cumplió con el régimen de participación en el evento provincial”, según reza en un artículo publicado en el sitio web de la emisora Radio Guamá.
En pocas palabras, donde dice “régimen de participación”, debió aparecer que no jugó la categoría anterior a la Nacional, la cual es medidor imprescindible para la pre-selección. Donald se aferró a la rebeldía, algo habitual.
La Comisión no lo limita, si se quiere ir para otro equipo puede hacerlo. ¿Usted está pensando en el mismo que yo? Si Víctor Mesa le convence, seguramente esta temporada se le vea vestido de azul en el Latino. Mesa lanza sus quinielas por los importados. Tiene su fetiche con eso.
Pero hay que apuntar que este no es un caso aislado, Donald tiene sus antecedentes de indisciplina. El bajón final de Pinar del Río en la primera campaña en que Pedro Luis Lazo se vistió de manager tuvo mucho que ver con problemas internos. El rumor, por supuesto, era que el capitán y el director estaban descontentos. Donald lo desmintió en entrevista al colega Ernesto Amaya, allá por noviembre de 2017.
“En ningún momento he discutido, ni me he fajado con Lazo —decía Duarte. La pelota no será lo que nos descompadre (…) nosotros siempre nos vamos a llevar bien”. No obstante, el capitán se había salido del barco cuando la debacle de Pinar apuntaba al fondo. Los aficionados no son tontos, y enseguida le achacaron las culpas. Duarte también tenía una explicación para eso: “hay veces que hay que desconectarse un poco de la pelota, le solicité unos días a Lazo para relajar. Tomar un poco de ron, la gente cree que yo no puedo divertirme. Yo soy joven y me gustan las discotecas, y voy a ir siempre que pueda”. Grandes razones.
Lo único que no se le puede objetar a Duarte, es su entrega dentro del terreno. Tanto, que no es un capitán de nómina, sino de “grados” ganados, a lo largo de su carrera con los pativerdes. Es cierto que ha tenido más de un altercado, y que un pelotero tan mediático suele estar en el ojo del huracán constantemente. Quizás Duarte no ha aprendido nunca a lidiar con ello. Desde la más occidental de las provincias me dicen que el tema de la no convocatoria de Duarte se “manejó en secreto, que muchos no saben lo que pasó, pero que si no va a jugar es por algo”.
En agosto de 2017, cuando el inicio de la 57 Serie era inminente y Donald auguraba una buena temporada de los Vegueros y un rol destacado de Lazo como mentor, dijo al diario Juventud Rebelde: “Te aseguro, que mientras él esté dirigiendo yo voy a estar jugando”. Pues parece que no, Donald.
Ahora, lo único que parece cierto para Donal es que tendrá que tomar una decisión: o pasa la temporada en casa, o arma las valijas y se marcha a donde lo precisen.