Por Yusseff Díaz.
La ciudad de Hialeah, localizada al oeste de Miami, cuenta con varios de sus hijos en el béisbol de las Grandes Ligas. El 75% de su población es cubana o de ascendencia y tiene una gran historia beisbolera. El bachiller de Hialeah ha sido campeón estatal en Florida en el 1968, 2001, 2002 y el bachiller American lo fue también en el 2014.
El gran nudillero Charlie Hough y el campocorto Bucky Dent son productos de esta ciudad.
En los últimos 10 años han salido varios peloteros de esta ciudad que han logrado un gran impacto en la Gran Carpa.
El zurdo Gio González, de los Nacionales de Washington, quien es de ascendencia cubana, podría estar ubicado entre los mejores lanzadores de esa mano de los últimos 10 años, en una lista encabezada por el as Clayton Kershaw, de los Dodgers de Los Ángeles. Gio nació en Hialeah. En su carrera el lanzador veterano tiene un récord de 117-86, PCL de 3.64 y 1,600 ponches. El siniestro ha sido seleccionado al Juego de Estrellas en un par de ocasiones y fue segundo en la votación del premio Cy Young en el 2012, cuando tuvo un récord de 21-8.
Néstor Cortés Jr., oriundo de Batabanó, Cuba, fue seleccionado por los Yanquis de Nueva York en el sorteo del 2013 cuando tuvo un récord de 25-14, efectividad de 2.08 y WHIP de 0.99 en 5 temporadas en granjas de los mulos. El pasado año fue seleccionado por los Orioles de Baltimore en el sorteo de Regla 5 y será un integrante del bullpen de las aves esta temporada.
Albert Almora Jr. fue escogido por los Cachorros de Chicago en el sorteo del 2012 como la sexta selección; el joven también fue parte del equipo nacional estadounidense del 2015 que ganó una medalla de plata en los Juegos Panamericanos de ese año. Almora Jr., quien es hijo de cubanos, debutó en Las Mayores en el 2016 y la temporada pasada en 132 juegos bateó .298 con 8 vuelacercas y 46 empujadas.
Alex Avila, nacido en Hialeah, es un cubano-americano de segunda generación e hijo de Al Avila, el gerente general de los Tigres de Detroit. En 10 campañas en las Grandes Ligas el receptor batea .243 con 87 vuelacercas y 343 carreras impulsadas. En 2011 fue nombrado al Juego de Estrellas y gano un Bate de Plata.
Así, la relación entre esta ciudad y el béisbol es tan profunda y vieja, como lo es la migración de cubanos hacia los Estados Unidos, quienes llegan constantemente desde la isla hasta esta ciudad. Por lo tanto, no creo que los enlaces con las Grandes Ligas se mueran en un futuro cercano.